Conclusiones del Informe mensual de coyuntura socioeconómica del mes de junio 2013
* Puede acceder al texto íntegro del Informe, a través del siguiente enlace Informe junio 2013
Se cierra el primer semestre de 2013 en un escenario aún condicionado por las dificultades que atraviesan un buen número de economías desarrolladas, especialmente en Europa, y que empujarán hacia una moderación del crecimiento mundial. Así lo corroboran las últimas estimaciones publicadas por el Fondo Monetario Internacional, que en su revisión de julio, rebajan el crecimiento mundial para 2013 en 2 décimas, hasta el 3,1 por ciento.
La menor actividad en los países más desarrollados ha comenzado a repercutir sobre la evolución más reciente de las economías emergentes, donde empiezan a advertirse los primeros rasgos de desaceleración. El crecimiento en estos países ha transcurrido a un ritmo inferior al previsto, especialmente en China, India y las economías de la región más dependientes del sector exportador.
En el caso de China, destaca la caída observada por sus exportaciones durante junio, que ceden un 3,1% interanual, el mayor retroceso en los últimos cuatro años; al tiempo que descienden sus importaciones en un 0,7% interanual.
En este contexto, las últimas noticias sobre la evolución económica de los Estados Unidos dan motivos para mirar hacia el segundo semestre del año con moderado optimismo, tras haberse superado con cierto éxito las dificultades enfrentadas durante el primer semestre. Esta mayor confianza en una mejoría de la situación económica condujo a la Reserva Federal norteamericana a anunciar una progresiva reducción en sus compras de activos, un movimiento que aunque inicialmente produjo una respuesta desmedida por parte de los mercados, podría entenderse como una clara señal del asentamiento del crecimiento estadounidense durante el segundo semestre del ejercicio. No obstante, la economía norteamericana no se encuentra exenta de riesgos, y la desaceleración de los mercados emergentes, principalmente de China, podría causar efectos a la baja sobre el sector exterior de los Estados Unidos.
Mientras, Japón, tras la aplicación de políticas monetarias expansivas que han propiciado una mejoría competitiva de las exportaciones, podrá ver acompasado también su crecimiento de mantenerse las proyecciones de moderación en las expectativas del comercio mundial.
Por su parte, en Europa se afronta el segundo semestre del año sin haberse disipado aún las dudas que se ciernen sobre su economía.
Las medidas previstas, sobre todo en materia de empleo juvenil, aunque muy necesarias, no son suficientes para afianzar la recuperación; y garantizar, así, en el futuro, la cohesión económica y social de la eurozona.
La fragmentación financiera, la falta de políticas de estímulo coordinadas, o la lentitud en la aplicación de las reformas necesarias para garantizar una corrección en el largo plazo de los desequilibrios estructurales de los socios europeos continúan introduciendo incertidumbre sobre el futuro de la UE.
En esta misma línea se ha manifestado recientemente el FMI, quien ha vuelto a reclamar a los socios europeos el acometimiento de acciones concertadas que impulsen el crecimiento, reduzcan el desempleo y corrijan la fragmentación financiera, así como la aplicación de una política monetaria más expansiva. El Fondo Monetario advierte asimismo de la necesidad de arbitrar, si fuera necesario, una mayor flexibilidad en las sendas previstas en materia de consolidación fiscal, con el objetivo de dotar de mayor impulso al crecimiento económico.
Este último diagnóstico resulta compartido por la economía española, donde resultará básico relajar las exigencias en materia de déficit público, que debe encaminarse hacia el medio plazo y anteponerse la eficiencia en el gasto a la búsqueda de nuevas vías de ingreso. Asimismo, la economía española se encuentra aún muy necesitada de políticas de estímulo, de una reforma estructural que mejore la eficiencia de su sector público y de mayores reformas en el mercado laboral, como objetivos imprescindibles para emprender con garantías la futura recuperación.
Según el FMI, que mantiene su previsión de la economía española para 2013 en el -1,6%, la falta de profundización en las reformas conducirá a un crecimiento nulo de la economía española para 2014, 7 décimas por debajo de las previsiones realizadas por este mismo organismo durante el pasado mes de abril; que en cualquier caso plantean un escenario de mayor pesimismo que el previsto por el resto de los organismos e instituciones económicas de ámbito nacional e internacional.
Ello no supone que deban descartarse algunas de las reflexiones realizadas sobre España por el organismo internacional, que vuelve señalar la lentitud en las reformas como el primer factor que frena la recuperación económica de nuestro país.
A lo anterior debe añadirse el posible efecto que tenga sobre las exportaciones, que han venido contribuyendo positivamente al crecimiento de nuestro país durante los últimos ejercicios, la desaceleración observada en el comercio mundial, en un contexto de crisis en Europa y de pérdida de dinamismo en las economías emergentes.
No obstante, atendiendo al pasado más reciente, resulta destacable la evolución de algunos indicadores de empleo y actividad para España durante los últimos meses, sobre todo aquellos vinculados a la demanda externa en el pasado más reciente y con motivo del comienzo de la temporada turística estival en nuestro país.
En este sentido, los últimos datos de desempleo referidos al mes de junio cuantifican, por segundo mes consecutivo, un descenso del paro en España, que retrocede un 2,6%, un total de 127.248 inscritos menos, que emplaza las cifras de desempleo en los 4.763.680 demandantes.
Desciende también el desempleo en Canarias a final de junio, en un 1,1% mensual, un total de 3.308 desempleados menos, con lo que se cierra este mes con un cómputo total de 293.054 demandantes. Se trata del primer descenso observado por el paro en el Archipiélago a lo largo de todo 2013, tras haberse acumulado hasta mayo un incremento 4,02 por ciento.
El paro en el Archipiélago se sitúa así en las Islas en valores similares a los de junio de 2012, contabilizando un leve ascenso con respecto a dicho mes del 0,8%, 2.390 parados más, lo que confirma la trayectoria de moderación que ha seguido el paro registrado en Canarias durante los últimos meses. Esta contención resulta incluso superior que la observada por el conjunto del país, donde el desempleo se eleva en términos interanuales en un 3,2 por ciento.
En este contexto, el sector turístico vuelve a erigirse como el principal factor sobre el que se sustenta en el crecimiento económico de Canarias y cuantifica un avance durante junio del 3,6% con respecto al mismo mes del año precedente, lo que supone acumular una ganancia durante el primer semestre con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior del 0,35 por ciento.
Por nacionalidades, las pérdidas de turismo germano, colectivo que retrocede en un 9,1% durante el primer semestre, han sido compensadas por la evolución creciente de una amplia mayoría de colectivos con presencia creciente en el Archipiélago, sobre todo a raíz del desvío turístico derivado de la inestabilidad geopolítica que padecen un buen número de destinos de Oriente Medio y el norte de África.
Entre ellos, destacaron por su crecimiento durante el primer semestre de 2013 el turismo procedente de Rusia (+75,4%), Noruega (+16,8%), Suecia (+13,9), Francia +(11,5%), Irlanda (+10,9%) y Holanda (+9,4%).
A pesar de los resultados turísticos, los indicadores de demanda interna continúan denotando la mala situación que persiste en el consumo y la inversión de las Islas. El índice de comercio al por menor, indicador estrechamente vinculado al consumo, cifra un nuevo descenso durante mayo del 0,7% mensual, cayendo asimismo con respecto a mayo de 2012 en un 0,8 por ciento.
Mientras, la tendencia descendente de la inversión se profundiza como consecuencia de la componente pública, en fase de fuerte retroceso. Así lo vuelven a constatar los datos de licitación oficial, que cuantifica los compromisos de inversión futura de las administraciones públicas, y que acumulan hasta mayo un descenso del 17,5 por ciento.
En materia de comercio exterior, la última revisión de las cifras de la Dirección General de Aduanas, publicadas hasta abril de 2013, atestiguan un crecimiento de las exportaciones canarias durante el primer cuatrimestre del año del 1,0%, hasta alcanzar los 1.335,8 millones de euros, 13,3 millones de euros más que en el mismo cuatrimestre de 2012.
La elevación de las exportaciones canarias durante el primer cuatrimestre del ejercicio se corresponden con la evolución favorable de los envíos hacia el resto de la Unión Europea (+4,5%) y al resto del Mundo (8,9%); mientras que, las exportaciones hacia el resto de España observan una caída del 10,7 por ciento.
En este contexto, vuelve a contraerse el valor de las importaciones durante los primeros cuatro meses de 2013, en este caso un 3,6%, debido a la mala situación de la demanda.
Dentro de este marco de debilidad generalizada, los precios en Canarias se mantuvieron invariables durante junio (0,0%), dotando así de continuidad a la trayectoria bajista que ha venido registrando la inflación a lo largo de todo 2013, en un contexto de extrema debilidad en el consumo. Hasta junio, los precios acumulan durante 2013 un descenso del 0,4%, mientras que la tasa interanual se emplaza en el 1,6 por ciento. Debe puntualizarse que la tasa interanual se encuentra todavía condicionada por la aplicación de las medidas de consolidación fiscal que afectaron, principalmente, a la evolución de los precios de los grupos “enseñanza” y “medicina”, y por el aumento generalizado de la fiscalidad en Canarias tras la aprobación durante julio de 2012 de la Ley canaria de Medidas Administrativas y Fiscales. Una vez rebasados estos efectos, que impactaron sobre los precios durante julio y septiembre de 2012, probablemente nos enfrentemos a una desaceleración pronunciada de la tasa de inflación interanual, que podrá incluso situarse en terreno negativo.
El contexto económico continúa, por tanto, aún dominado por la debilidad de la demanda interna, muy dañada por la crisis, y por la persistencia de factores que dificultan su recuperación, como la falta de crédito, de actividad y de consumo, circunstancias que se han visto agravadas durante el pasado más reciente por la fuerte subida de los impuestos y la caída del gasto productivo de la administraciones públicas, que han puesto de relieve la necesidad de un cambio diametral en la política fiscal. Las políticas de estímulo económico deben apoyarse en una bajada de la presión fiscal sobre la estructura laboral y la actividad productiva, y actuar, así, como un elemento de dinamización de nuestra economía. Debe apostarse, al mismo tiempo, por mejorar la eficiencia de las administraciones públicas, un objetivo sobre el que apenas se ha avanzado desde el inicio de la crisis.
Las buenas perspectivas existentes en el sector turístico de cara a los próximos meses, junto con los avances realizados en materia de competitividad, supondrán un apoyo para la actividad económica de las Islas, pero no lograrán el efecto deseado sin la apertura del crédito, la aplicación de reformas en el ámbito público y la imprescindible reducción de los impuestos.