Conclusiones del informe mensual de coyuntura socioeconómica, abril 2013
* Puede acceder al texto íntegro del Informe, a través del siguiente enlace Informe abril 2013
Las últimas previsiones de crecimiento mundial para 2013 mantienen sus perspectivas en el entorno del 3,3% (BBVA Research), pese a la existencia de riesgos a la baja que afectan a las economías como la estadounidense, y que retrasarán, en el caso de la Unión Europea, la recuperación económica hasta 2014.
Avanzan los primeros meses del año sin que se logre disipar la incertidumbre que envuelve a la economía internacional. Uno de los focos de incertidumbre tiene su origen en Estados Unidos, donde el mecanismo automático de recortes del gasto público, en vigor desde el pasado mes de marzo, supone un riesgo tanto sobre la evolución de este país como en las perspectivas de crecimiento de la economía global, ante la falta de consenso político para crear un plan de consolidación fiscal que posibilite la sostenibilidad de su sistema público a medio y largo plazo. Sin embargo, las sucesivas expansiones cuantitativas llevadas a cabo por la FED durante los últimos años han inyectado liquidez en el sistema, manteniendo a esta economía, al menos de momento, en terreno positivo a expensas de lo que finalmente ocurra con su política fiscal.
Persisten, asimismo, las dudas sobre la fortaleza del crecimiento de las principales economías del continente asiático, aunque se contienen algunos de los riesgos a la baja en países de relevancia en el área como China, que ha puesto en marcha, tras el cambio de gobierno, medidas correctoras para equilibrar su sector bancario e inmobiliario y la inflación; o Japón, donde las agresivas políticas expansivas aplicadas por su Banco Central parecen estar cumpliendo con el objetivo de elevar la competitividad de sus exportaciones en los mercados internacionales, que se han sustanciado en un crecimiento del PIB durante el primer trimestre del 0,9 por ciento.
En el ámbito de la Unión Europea, las últimas cifras de crecimiento presentadas por el EUROSTAT contabilizan una caída intertrimestral del PIB de la eurozona durante el primer trimestre de 2013 del 0,2%, dando así continuidad a la trayectoria descendente del área, que encadena un sexto trimestre de caída. Destaca la contracción, por segundo trimestre consecutivo, de la economía francesa, un 0,2% en el IT2013, uniéndose así a la lista de países europeos en recesión. Asimismo, los primeros datos de crecimiento adelantado para Alemania en el primer trimestre de este año parecen confirmar la extensión de la recesión hacia el norte de Europa, al preverse un incremento de apenas un 0,1% intertrimestral, cuando ya registró durante el último trimestre de 2012 una caída intertrimestral del 0,7 por ciento.
En este contexto, el Banco Central Europeo (BCE) ha decidido bajar los tipos de interés al 0,5%, en un intento de reducir la desconfianza y alentar el crecimiento en la economía de la Zona Euro, que recientemente ha incorporado a Eslovenia entre la nómina de economías con fuertes desequilibrios financieros y macroeconómicos junto a países como Chipre, Grecia, España, Irlanda y Portugal.
Desequilibrios macroeconómicos, ajuste fiscal y recesión definen la evolución reciente de la economía europea, donde la necesidad de aplicar políticas de austeridad debe combinarse con otras que promuevan la activación del crecimiento.
Debe enfrentarse también el reto de eliminar las asimetrías en la eurozona, que dañan la competitividad de muchas de sus empresas, especialmente de aquellos con problemas de financiación. Las autoridades europeas han de introducir medidas que eliminen las divergencias de financiación a las que se han de enfrentar las pequeñas y medianas empresas establecidas en los países europeos más afectados por la crisis, que observan como sus costes de financiación están muy por encima del de cualquiera de sus homólogos en el norte de Europa.
El BCE, como institución encargada de tomar las decisiones que conciernen a la política monetaria de la Zona Euro, ha de actuar para corregir las divergencias a las que se enfrentan, por ejemplo, las pyme españolas, que soportan en la actualidad unos costes de financiación bancaria un 35,0% superior a la media europea, y un 77,0% por encima de las pyme alemanas, lo que lastra de manera negativa su competitividad.
En el caso concreto de España, la bajada de tipos del BCE fue anticipada por los mercados financieros, lo que unido a la mejora de la credibilidad de nuestras cuentas públicas, ha contribuido a reducir la prima de riesgo del país, hasta situarse durante la primera quincena de mayo por debajo de los 300 puntos básicos.
En teoría, la mejoría en las posibilidades de financiación, junto con la flexibilización de los objetivos de déficit hasta 2016 para España, deberían permitir la implementación de políticas fiscales menos agresivas en nuestro país.
En cuanto a la evolución económica más reciente de nuestro país, el sector exterior ha seguido profundizando en la corrección de sus desequilibrios durante los primeros meses de 2013, impulsado por la fortaleza de las exportaciones y el desplome de las importaciones ante las menores cotas de consumo e inversión. La conjunción de estos factores ha provocado, de un lado, una corrección sin precedentes de la balanza corriente que, aunque sigue siendo deficitaria por el saldo negativo de la balanza de rentas, por pro primera vez en su historia, cuenta con un superávit comercial, al observarse un saldo positivo en el mes de marzo de unos 600 millones de euros.
Las últimas estimaciones de crecimiento para nuestro país (Comisión Europea, Gobierno, BBVA Research), alinean sus predicciones en torno a una caída esperada del PIB para este año cercana al 1,5%; y no será hasta 2014 cuando la economía española empiece, aunque débilmente, a registrar tasas positivas de crecimiento. En estos mismos términos se muestran las estimaciones de la tasa de paro, sobre el que parece existir cierto consenso en que no bajará del 27,0% hasta 2014.
Estas estimaciones del mercado laboral español se sitúan en sintonía con los últimos datos proporcionados por el INE, recopilados en la Encuesta de Población Activa correspondiente al primer trimestre de 2013, que muestran una caída de la ocupación de un 1,9% con respecto al trimestre anterior, y un aumento de la población parada del 4,0%, en un contexto de caída de los activos, del 0,4% con respecto al trimestre anterior, lo que lleva a situar la tasa de paro en España en el 27,2 por ciento. A un año vista, la caída del empleo se cuantifica en un 4,6% y el avance de la población parada alcanza el 10,0 por ciento.
Trasladando nuestro análisis al Archipiélago, el mercado de trabajo se muestra, al igual que en el conjunto del territorio nacional, muy deteriorado, perdiéndose 9.500 puestos de trabajo (-1,3%) durante el primer trimestre hasta emplazar la población ocupada en los 739.700 efectivos. Mientras, la población parada se incrementa en un 4,6% durante los tres primeros meses del año, con lo que la cifra de parados se eleva hasta los 385.600 desempleados. No obstante, existe un matiz diferenciador en la evolución del mercado laboral canario con respecto al nacional, y es el incremento de la población activa, que crece en el Archipiélago en un 0,6 por ciento. De esta manera, la tasa de paro en Canarias avanza en más de un punto durante el primer trimestre del año, hasta situarse en el 34,3 por ciento.
Atendiendo al área de actividad económica, las estimaciones oficiales constatan que la caída trimestral de la ocupación en Canarias resulta generalizable a la práctica totalidad de los sectores, aunque incide con especial intensidad sobre los servicios, donde el número de ocupados ha descendido durante el último trimestre en 10.000 trabajadores (-1,6%).
Resulta también llamativo el análisis del empleo en función de la nacionalidad del ocupado, dado que solo se cuantifica una mejoría en el colectivo de trabajadores comunitarios, para los que se crean 4.400 puestos de trabajo, en un contexto en el que el colectivo de trabajadores no pertenecientes a la Unión Europea pierde 5.600 efectivos y la ocupación nacional cae en 8.300 puestos de trabajo.
La EPA, por tanto, proporciona resultados valiosos sobre las necesidades del mercado laboral canario, especialmente interesantes para la optimización de las políticas activas de empleo dirigidas hacia los residentes en el Archipiélago.
A la luz de estos resultados, parece evidente que el mercado laboral continúa en su proceso de ajuste, pues aún persisten elementos que impiden corregir la tendencia descendente que viene describiendo el empleo en las Islas, toda vez que la actividad productiva continúa presidida por el estancamiento de la demanda interna, la falta de crédito y la falta de confianza de los agentes económicos. A esto se une un incremento del número de activos en Canarias, lo que en la comparación con el ámbito nacional, conduce a observar mayores crecimientos del paro a pesar de registrar caídas inferiores en el empleo.
Y ello en un escenario en el que la demanda interna sigue deprimida, tal y como se desprende de algunos de los indicadores de demanda referidos a esta región. Tal es el caso de la evolución del tráfico portuario, que acumula una caída en Canarias del 10,9% hasta el mes de marzo; o las matriculaciones de vehículos, que también caen en este intervalo temporal en un 24,3 por ciento. Asimismo, se aprecia una nueva caída interanual de la disponibilidad energética de las Islas durante el pasado mes de marzo, que según los datos facilitados por ENDESA, pasa a ser un 4,4% inferior.
La debilidad de la demanda se constata también en la evolución de los precios. El último dato de IPC referido al mes de abril denota un incremento del 0,9% en Canarias, medio punto por debajo del resultado nacional, donde el IPC se situó en el 1,4 por ciento. Los precios continúan condicionados por la aplicación de las medidas de consolidación fiscal, que afectaron, principalmente, a la evolución de los precios de los grupos enseñanza y medicina, además del incremento generalizado de la fiscalidad en Canarias, tras la aprobación el pasado julio de la Ley de Medidas Administrativas y Fiscales.
Sin embargo, la inflación acumulada, aquella que contabiliza la evolución de los precios durante los primeros cuatro meses del año, estima un retroceso de los precios en las Islas del 0,5 por ciento. Resulta previsible que este proceso de desinflación pueda percibirse en la tasa interanual una vez haya transcurrido un año desde la aplicación de las medidas de consolidación fiscal que afectaron a la evolución de los precios de consumo.
En cuanto a la inflación subyacente, aquella que resulta de excluir los efectos sobre la inflación de los productos energéticos y los alimentos no elaborados, se sitúa en Canarias en el 0,6%, tres décimas por debajo del índice general, algo que contrasta con el resultado nacional, donde la tasa subyacente se emplaza por encima y alcanza el 1,9 por ciento. La diververgencia se explica por la subida, a partir de julio de 2012, de los impuestos propios que gravan los carburantes en Canarias, tras la entrada en vigor de la ley autonómica de medidas administrativas y fiscales.
Mientras, la afluencia de turistas extranjeros en los aeropuertos del Archipiélago continúa siendo menor que la del año anterior, acumulando un descenso hasta abril del 1,5% con respecto al mismo mes de 2012, destacando el descenso de los visitantes alemanes, que pierden un 10,6% durante los cuatro primeros meses del año.
El análisis realizado hasta ahora no hace más que poner de manifiesto las vicisitudes por las que transita la economía canaria y española, donde a pesar de haberse recorrido un importante camino en la corrección de los desequilibrios financieros y macroeconómicos, deberán aún afrontarse importantes reformas económicas, laborales y administrativas.
Asimismo, la fragmentación financiera de la eurozona está suponiendo un grave contratiempo para la competitividad de nuestras empresas, y en especial para las pyme, que deben enfrentarse, cuando esta resulta accesible, a asimetrías en materia de financiación, situando en clara desventaja a las producciones españolas y canarias en su marco de referencia. No obstante, en el lado positivo de la balanza se sitúan las ganancias de competitividad de nuestro país. Las correcciones en materia de productividad, precios y salarios comienzan a dar sus frutos y el déficit histórico de la balanza comercial española se torna en superávit durante marzo, sentando las bases del modelo de crecimiento sobre el que deberá sustentarse la recuperación económica en los próximos años.
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