Conclusiones del Informe de Coyuntura Socioeconómica, Septiembre 2022

17 de octubre de 2022|In Actualidad CCE

Puede acceder al informe completo a través del siguiente enlace: Septiembre 2022

La economía mundial sigue adoleciendo de una continua ralentización y unos altos niveles de incertidumbre, donde las condiciones financieras comienzan a tensionarse ante el impacto de unas políticas monetarias fuertemente endurecidas, fruto de las presiones inflacionistas constatadas en gran parte de las economías desarrolladas.

Esta conjunción de subida de tipos y encarecimiento de precios sigue repercutiendo de forma cada vez más acentuada en los distintos agentes económicos.

Por un lado, los indicadores PMI arrojan resultados contractivos en buena parte de las economías avanzadas, poniendo de manifiesto una menor capacidad de inversión y financiación por parte de las empresas; al tiempo que, por otro, el poder adquisitivo de las familias prosigue en su senda decreciente, mermando los niveles de consumo privado.

A todo ello, se le suma las tensiones geopolíticas derivadas de la guerra entre Ucrania y Rusia, que se encuentran lejos de disiparse tras las presuntas acciones de sabotaje en las fugas producidas a finales de septiembre en los gasoductos Nord Stream 1 y 2, imposibilitando una reapertura del flujo de gas en el medio plazo entre Rusia y el resto de Europa.

Ante esta coyuntura, el BCE ya ha advertido que el mercado de trabajo en Europa, que hasta ahora venía dando muestras de crecimiento, no estará exento de las repercusiones de las políticas monetarias restrictivas y prevé un empeoramiento en la creación de empleo y un repunte en el índice paro en los próximos meses.

En esta línea, las últimas previsiones anunciadas por el FMI, mantienen la misma tasa de crecimiento del PIB mundial para 2022, situándola en el 3,2%, tras haber corregido en una décima el incremento constatado en 2021 (+6,0%), aunque, para el año 2023, se han revisado las expectativas a la baja y ahora se sitúan en el 2,7%, dos décimas menos que la previsión anterior.

En lo referente a la evolución de las economías más relevantes, la economía de Estados Unidos sigue afectada por una alta incertidumbre tras haber encadenado dos trimestres consecutivos con descensos en su PIB, si bien el mercado de trabajo, el consumo de las familias y la actividad industrial parecen contener la demanda interna del país.

Sin embargo, cuestiones como la paridad del dólar/euro, las subidas de tipos adicionales por parte de la FED y el deterioro del contexto global amenazan las perspectivas del país norteamericano para los últimos meses del año.

En este escenario, el FMI prevé un avance del 1,6% en el PIB estadounidense para 2022, siete décimas menos que en la previsión anterior, manteniendo para 2023 el alza en el entorno del 1,0 por ciento.

En cuanto a China, la crisis inmobiliaria y los continuos confinamientos derivados de la política “Covid cero” han llevado al FMI, en su último informe, a reducir sus perspectivas de crecimiento en una décima para 2022 y en dos décimas para 2023, estimando un incremento del PIB del 3,2% en el primer caso, y del 4,4% en el segundo.

En lo que respecta a la Eurozona, la crisis energética que sufre el continente está jugando un papel crucial en el comportamiento de las principales economías de la Zona Euro, acentuada gravemente por el corte total del suministro del gas procedente de Rusia a finales del pasado mes de septiembre, lo que ha intensificado notablemente las presiones inflacionistas por parte de los productos energéticos.

En este contexto, el índice PMI compuesto continua a la baja en el conjunto del Área del euro, donde preocupan especialmente las correcciones en Alemania, muy afectada por la crisis energética, e Italia, inmersa en profundos cambios políticos tras los resultados de las últimas elecciones.

Pese a esta tesitura, el FMI ha revisado al alza las perspectivas económicas de la Eurozona para 2022, concretamente, en cinco décimas, hasta situarla en el 3,1%, debido a un comportamiento mejor de lo previsto en el segundo trimestre en la mayoría de las economías de la zona del euro; si bien, para 2023 dibuja un escenario de desaceleración y estancamiento que llevaría a la economía del grupo a crecer apenas un 0,5% en el conjunto del año.

De entre las principales economías europeas, destaca la revisión a la baja para 2023 por parte del organismo internacional del PIB alemán e italiano, con una disminución de 1,1 puntos en el caso del país germano y de nueve décimas para el italiano, situando, incluso, a ambos países en recesión, con una caída del 0,3 en el primer caso, y del 0,2 en el segundo, para el conjunto del próximo ejercicio.

En el caso de España, si bien nuestro país podría afrontar la coyuntura energética con mejores garantías, dada la menor dependencia al gas ruso, nuestra economía no queda exenta del impacto en el encarecimiento de los productos energéticos ni de las subidas de tipos presentes en el panorama europeo.

En este sentido, los indicadores económicos más recientes apuntan un enfriamiento de la actividad en los últimos meses, evidenciado en los últimos resultados del índice PMI de servicios, que ha entrado en zona contractiva por primera vez desde el mes de enero del presente año.

A pesar de este escenario, el FMI ha revisado al alza las perspectivas de crecimiento de España en tres décimas para 2022 (+4,3%), dada la recuperación de la demanda turística y de la producción industrial en el primer semestre del presente ejercicio; aunque, en cambio, ha rebajado en ocho décimas la previsión para 2023, hasta situarla en el 1,2%, una cifra muy por debajo de la anunciada por el Ejecutivo, que ha estimado un avance de la economía española del 2,1% para el próximo año.

Analizando a continuación la evolución de los indicadores de coyuntura más reciente, el mercado laboral de nuestro país muestra cómo la afiliación continuó aumentando durante el pasado mes de septiembre, al superar en un 0,9% el dato del octavo mes del año. Ello supone 187.754 trabajadores más que en agosto, y 610.169 efectivos más que doce meses antes, un avance relativo del 3,1 por ciento.

No obstante, el paro registrado también repuntaba el pasado mes de septiembre, con un avance mensual del 0,60%, esto es, 17.679 parados más que en el mes inmediatamente anterior, aunque, en relación con las cifras de un año antes, el desempleo se contrajo un 9,70%, 315.883 demandantes menos.

Trasladando la comparativa al ámbito del Archipiélago, los datos de empleo también evidenciaron un crecimiento en el número de afiliados en el último mes de septiembre, al registrar 24.369 trabajadores más que en el mes de agosto, lo que implica un avance del 2,9% mensual, hasta alcanzar un total de 851.700 efectivos en situación de alta laboral.

Este aumento en el empleo se concentró, principalmente, en el conjunto de los servicios, que contabilizaron 23.896 trabajadores más, especialmente, en la rama “Educación” (+18.496 trabajadores) y “Transportes” (+1.401 efectivos laborales adicionales) como resultado de la reanudación del curso escolar; además de las “Actividades administrativas y servicios auxiliares” y la “Hostelería”, que constataron incrementos de 2.198 y 1.498 efectivos laborales, respectivamente, en comparación con el pasado mes de agosto.

En términos interanuales, el empleo en las Islas continúa arrojando tasas de variación positivas, y suma ya 51.688 trabajadores más que los contabilizados en septiembre de 2021, lo que equivale a un ascenso relativo del 6,5 por ciento.

En relación con las estadísticas previas a la irrupción del COVID-19, la afiliación a la Seguridad Social en Canarias se sitúa 32.484 trabajadores por encima del dato que se contabilizaba en el mes de febrero de 2020, lo que implica un alza del 4,0 por ciento.

Nuevamente, este resultado fue fruto, principalmente, de la evolución positiva que han venido mostrando durante estos meses las ramas de actividad más vinculadas al sector público, como son, la “Sanidad”, la “Administración pública” y la “Educación” que, conjuntamente, registraron un crecimiento de 20.472 trabajadores.

Por el contrario, la rama del “Comercio”, clave en el tejido productivo del Archipiélago, todavía presenta valores negativos, concretamente, 2.793 trabajadores menos que en el segundo mes de 2020.

En cuanto a la cifra de paro registrado en Canarias, en septiembre se observó una caída mensual del 0,86%, lo que implica, en términos absolutos, 1.628 parados menos que en el mes previo, registrando un total de 188.661 demandantes de empleo al cierre del noveno mes del presente ejercicio.

Desde una perspectiva interanual, el paro en las Islas se redujo un 11,66%, un retroceso de 24.897 desempleados en comparación con el mismo mes del año anterior.

En cuanto a la actividad turística, el mes de septiembre arroja un descenso mensual en la entrada de visitantes desde el extranjero al Archipiélago, cifrada en un 9,1%, esto son, 95.943 viajeros foráneos menos que en el mes de agosto, hasta totalizar un total de 952.927 personas; aunque en relación con el mismo mes de 2021, la entrada de estos visitantes en las Islas aumentó en 340.161 viajeros (+55,5%).

Además, esta cifra supera en 2.548 visitantes (+0,3%) el dato que se registraba en el mes de septiembre de 2019, previo al estallido de la pandemia.

En lo referente a la evolución de los precios, se observa que al término del noveno mes del presente año, el IPC de las Islas descendió un 0,4% mensual, tres décimas menos de lo que lo hizo la media estatal (-0,7%).

Este comportamiento diferenciado se debió, fundamentalmente, a la evolución más favorable que evidenciaron los grupos “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” y los “Transportes” en el ámbito nacional, donde los precios se aminoraban un 5,2% en el primer caso, y un 1,4% en el segundo; al tiempo que en Canarias estos grupos se contrajeron a razón de un 4,8% y un 0,4%, respectivamente.

En cambio, otros grupos de la cesta de consumo presentaron una tendencia alcista en Canarias, como es el caso de “Vestido y calzado”, con un avance del 2,0%; seguido de “Enseñanza”, que, coincidiendo con el inicio del curso escolar, constató un ascenso del 1,4%; y, especialmente, “Alimentos y bebidas no alcohólicas”, donde los precios se elevaron a razón de un 1,0% mensual.

En comparación con los datos de hace un año, la inflación en el Archipiélago aumentó un 8,2%, frente al 8,9% computado en el conjunto del territorio nacional, lo que obedece a que la factura eléctrica (+21,6%) y los carburantes (+18,7%) volvieron a elevar los precios de los grupos “Vivienda” y “Transporte” en las Islas, con crecimientos respectivos del 11,9% y del 9,9%, al cierre del mes de referencia.

De la misma manera, estos componentes siguen incidiendo de forma indirecta sobre los precios de los “Alimentos y bebidas no alcohólicas”, que mostraron el mayor repunte interanual de entre todos los componentes, cifrado en un 14,5%, aportando al incremento del índice general hasta 3,4 puntos.

Como consecuencia, la inflación subyacente continuó al alza, experimentando un incremento del 0,2% mensual; al tiempo que en términos interanuales, el crecimiento fue del 6,2%, lo que viene a poner de manifiesto el evidente traslado de la inflación hacia los componentes más estructurales de la cesta de consumo.

En este sentido, resulta vital que se ejecuten medidas de contención de precios y de apoyo al tejido productivo de las Islas que permitan compensar los sobrecostes que se derivan de la coyuntura inflacionaria actual, y que incentiven la capacidad de creación de empleo por parte de las empresas, evitando la adopción de decisiones que puedan lastrar, aún más, el poder adquisitivo de las familias y la recuperación de la economía del Archipiélago.

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