Conclusiones del Informe de Coyuntura Socioeconómica, Marzo 2025

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Desde el comienzo del año, las amenazas y los continuos vaivenes arancelarios de la Administración Trump han ido elevando las tensiones comerciales en el contexto global, aumentando significativamente el riesgo de fracturación económica, y poco a poco, la incertidumbre ha nublado las expectativas sobre los flujos del comercio internacional, amenazando el funcionamiento de las cadenas de suministro.
La escalada arancelaria desde el mes de febrero llegó a su punto álgido al inicio del mes de abril, cuando el presidente de EE.UU. confirmó sus amenazas y anunció la aplicación de los llamados aranceles “recíprocos” y de un arancel base general del 10% a todos los países, que en muchos casos se vería incrementado con tasas mucho mayores, llegando incluso al 50%, destacando el impacto sobre economías como la Eurozona o China, donde las tasas llegarían al 20% y al 34%, en cada caso.
No obstante, con respecto al país asiático, las tensiones se han incrementado notablemente, entrando en una disputa comercial específica que ha llevado a que Estados Unidos aplique un arancel general a toda mercancía procedente de China del 145%, con las correspondientes represalias por parte del Gobierno chino, situando los aranceles a los productos estadounidenses en el 125 por ciento.
El fuerte impacto sobre toda la economía, y también sobre los mercados, registrándose un encarecimiento en la financiación de la deuda en EE.UU., ha llevado a que el Gobierno norteamericano haya ido moderando su discurso paulatinamente, llegando a adoptar una suspensión temporal de 90 días en la aplicación de los aranceles “recíprocos” -que ha servido para intensificar las negociaciones con el resto de países, la UE también ha pospuesto la aplicación de sus aranceles a EE.UU.-, además de una exención a la importación de productos tecnológicos, como teléfonos móviles, ordenadores o semiconductores, entre otros.
Si bien, siguen vigentes otras medidas, como el 25% a las importaciones de aluminio y acero y también a los vehículos, la tasa general del 10% y el arancel del 145% a China -con la excepción de los productos electrónicos citados, en los últimos dos casos-.
En cualquier caso, este repunte proteccionista y la volatilidad de las decisiones adoptadas tendrá efectos muy negativos a largo plazo y compromete seriamente el crecimiento global, y ya genera una gran incertidumbre en los mercados a la hora de invertir, y también en los consumidores, ante el riesgo inflacionario, particularmente en la economía norteamericana.
Este panorama no hace más que añadir un mayor grado de inquietud al escenario complejo que ya se vislumbrada en el contexto global, derivado de las tensiones geopolíticas y las necesidades de aumentar el gasto en defensa ante un posible recrudecimiento y extensión de los conflictos.
Por su parte, los mercados de materias primas no han sido ajenos al desarrollo de este conflicto comercial, y sus precios han reaccionado a la baja tras el órdago arancelario de Estados Unidos, sobre todo en el caso del petróleo, que ha alcanzado valores mínimos a los que no se acercaba desde 2021, y se sitúa ya en el entorno de los 64 dólares/barril de Brent, dado el fuerte incremento de la oferta de crudo, y la incertidumbre sobre un posible frenazo de la economía global, derivado de la guerra arancelaria.
Lo mismo ocurre en el caso del gas, cuyo precio también ha caído en las últimas semanas, tras el incremento de las tensiones arancelarias; y de los metales industriales, como el aluminio.
No extraña, por tanto, que los indicadores de confianza, tanto empresarial como del consumidor, acusen el nuevo escenario de inestabilidad, y muestren un deterioro en las perspectivas debido al temor a un enfriamiento de la demanda externa y un repunte de la inflación, sobre todo en el caso de Estados Unidos, donde se refleja el temor de los hogares a un posible desgaste del mercado de trabajo y a un aumento del coste de la vida.
Por otra parte, la fragilidad de la actividad económica en la Zona euro continúa preocupando, más si cabe, por los efectos que pueda llegar a tener a corto y medio plazo la escalada arancelaria, aunque los estímulos fiscales, como en el caso de Alemania, podrían ayudar a sostener el crecimiento de la economía.
En este sentido, el país germano aprobó el nuevo plan de inversión en defensa e infraestructuras y la reforma en materia de endeudamiento, que supondrá un fondo especial para inversiones en infraestructuras por valor de 500.000 millones de euros para los próximos 12 años, y una reforma constitucional en cuestiones de deuda para impulsar el gasto en defensa y posibilitar el endeudamiento de los estados federados.
Por otro lado, la Comisión Europea presentó el plan “ReArm Europe”, con un presupuesto de 800.000 millones de euros para reforzar las capacidades militares del continente y facilitar la inversión en la industria de defensa.
Así, los indicadores de confianza empresarial más recientes muestran cierto optimismo ante los planes de estímulo, en un escenario en el que otros indicadores, como el índice PMI compuesto, muestran datos positivos, apuntando a una mejora, aunque moderada, de la actividad económica.
En cuanto a la economía española, los datos siguen mostrando un mejor desempeño que la media europea, pese al contexto internacional marcado por las tensiones comerciales y los conflictos geopolíticos, en un contexto en el que los servicios siguen destacando, gracias, en buena parte, al dinamismo constatado por el turismo y al empuje del consumo interno.
Sin embargo, el sector industrial no ha quedado exento de la coyuntura internacional adversa, y el índice PMI manufacturero cerró el primer trimestre del año en valores por debajo del promedio observado en el último trimestre del pasado 2024.
No obstante, en lo referente al impacto de la guerra arancelaria, es importante destacar que el Gobierno de España anunció un plan de medidas de apoyo como respuesta a los aranceles de EE.UU., el Plan de Respuesta y Relanzamiento Comercial, dotado con 14.100 millones de euros, con 7.400 millones a través de nueva financiación, y otros 6.700 mediante mecanismos ya existentes, para la protección de las empresas y el empleo, y para reorientar la capacidad productiva del país.
Por otro lado, y entrando a analizar los resultados de otros indicadores de coyuntura económica en el contexto nacional y de Canarias, las estadísticas del pasado mes de marzo señalan que los precios moderaron su crecimiento en el conjunto del país hasta el 0,1%, al tiempo que en Canarias se mantuvieron invariables con respecto al mes anterior, si bien, la evolución de los precios estuvo condicionada en los dos ámbitos por el comportamiento decreciente de los productos energéticos.
Y es que la acusada caída de los precios de la electricidad (Canarias -4,9%; Nacional -4,3%) y los combustibles (Canarias -2,1%; Nacional -2,5%) durante el tercer mes del año se reflejó en el descenso de los grupos de “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” (Canarias -1,3%; Nacional -1,6%) y “Transportes” (Canarias -0,7%; Nacional -0,7%).
Sin embargo, el dinamismo que mantienen las actividades de servicios, sobre todo las turísticas, llevó al grupo “Restaurantes y hoteles” a marcar un avance mensual del 0,9% en el ámbito estatal, y del 1,0% en las Islas.
En términos interanuales, el IPC repuntó un 2,3% a escala nacional y un 1,6% en el Archipiélago, moderándose en siete y seis décimas, respectivamente, en cuanto al dato de febrero.
El grupo de los bienes asociados a la “Vivienda” (Canarias +4,9%; Nacional +5,7%), “Restaurantes y hoteles” (Canarias +3,5%; Nacional +4,1%) y “Alimentación y bebidas no alcohólicas” (Canarias +1,1%; Nacional 2,4%) fueron los más inflacionistas, aunque tuvieron un mayor impacto en el conjunto nacional que en las Islas.
Por lo referido a la inflación subyacente, esta se elevó a razón de un 0,4% mensual en el ámbito del Estado, una décima más que en Canarias, donde el ascenso fue del 0,3%; mientras que desde un enfoque interanual, los componentes más estructurales del índice general de precios saldaron el tercer mes del año con un alza del 2,0% en el conjunto del país, y del 1,6% en el Archipiélago.
En lo que concierne a la evolución más reciente del mercado laboral, las últimas estadísticas de afiliación a la Seguridad Social indican que el empleo en el conjunto del país culminó el tercer mes del año con un ascenso mensual de 175.866 trabajadores, un 0,8% más que en febrero.
En los últimos doce meses, la afiliación también se incrementó, en este caso en 361.133 efectivos, lo que supone un ascenso interanual del 1,7 por ciento.
En el caso de las Islas, también aumentó el empleo, si bien, el alza mensual resultó más moderada que la media nacional, y se cifró en un 0,1% con 1.359 trabajadores más.
Por sectores, el ascenso de la afiliación en Canarias se sustentó, sobre todo, en la rama de “Educación” y en el sector industrial, sumando 726 efectivos más en el primer caso (+1,3%), y 637 en el segundo (+1,6%).
En cambio, destacó la caída del número de afiliados en la rama de la Administración Pública (-800 trabajadores; -1,6%) y en la “Hostelería” (-618 personas; -0,4%).
Desde un punto de vista interanual, el Archipiélago constató un avance relativo del empleo del 2,8%, que resultó más intenso que el apuntado por la media estatal (+1,7%), lo que se traduce en 25.241 efectivos más.
En este caso, fueron las ramas de la “Hostelería” y “Sanidad” las que mostraron los incrementos más notables en Canarias, sumando 4.114 y 3.628 afiliados (+2,5% y +3,9%), en cada caso, en comparación con el mes de marzo de 2024.
En cuanto al paro registrado, tanto el conjunto de España como las Islas apuntaron minoraciones mensuales, aunque la caída resultó algo más acusada en el ámbito nacional, en el que se cifró en un 0,51% (-13.311 desempleados), que en el Archipiélago, donde el desempleo se aminoró un 0,27% (-423 parados).
De igual forma, en el último año, el paro se redujo también de forma más destacada en el conjunto de España, con un descenso del 5,39% (-146.865 personas); frente a la caída del 4,61% (-7.616 demandantes) observada en el contexto nacional.
Atendiendo, a continuación, a las últimas cifras sobre la actividad turística, publicadas por AENA, se aprecia que a lo largo del tercer mes del año se registró la llegada a Canarias de un total de 1.582.898 viajeros foráneos, lo que supone 109.199 personas más que en febrero, un alza mensual del 7,4 por ciento.
Con respecto al mes de marzo del año precedente también se constató un crecimiento, en este caso del 1,2%, equivalente a 19.407 visitantes extranjeros; al tiempo que en lo que va de 2025, se observa un ascenso del 3,3%, acumulando 142.556 individuos más que en el primer trimestre de 2024, hasta alcanzar un total de 4.486.439 viajeros foráneos.
En síntesis, la situación de conflicto e incertidumbre comercial generada por el desafío arancelario de Estados Unidos, especialmente frente a China; la persistencia de la guerra de Ucrania y Rusia, pese a las negociaciones de paz; así como el impulso para incrementar el gasto en defensa, destacando el conjunto de la UE; configuran un panorama de importantes retos para la economía internacional.
Es por ello que el camino del diálogo resulta indispensable para minimizar el impacto a corto y medio plazo de las medidas proteccionistas sobre el comercio internacional, en un entorno en el que la prudencia y la flexibilidad, además del margen del que gocen los principales bancos centrales en materia de política monetaria, seguirán siendo indispensables para paliar la inestabilidad y la volatilidad.
En este contexto, no obstante, Canarias se mantiene en una senda positiva, al abrigo del impulso de la actividad turística, la estabilidad relativa del empleo y la moderación de los precios estructurales. Sin embargo, el incierto panorama global requiere reforzar la competitividad y fomentar la inversión en sectores estratégicos, aprovechando todos los incentivos, especialmente los que dispone nuestro REF, estableciendo un marco regulatorio estable, con el fin de consolidar un crecimiento económico sostenido en nuestra región.
