Conclusiones del Informe de Coyuntura Socioeconómica, Julio 2025

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La economía mundial continúa condicionada por una elevada incertidumbre, a la espera de los resultados finales que tengan las negociaciones bilaterales que mantiene EE. UU. sobre la nueva política comercial con el resto de los países, y por la falta de resolución de los conflictos bélicos y tensiones geopolíticas que vienen afectando también a las relaciones internacionales, y generando una alta volatilidad en el precio de las materias primas.
Pese a ello, lo cierto es que los datos del primer trimestre del año apuntaban a que la economía mundial registró un crecimiento más intenso del inicialmente previsto, debido, principalmente, al adelanto de las exportaciones en previsión de las subidas arancelarias, aunque las previsiones mantienen a la economía mundial, y especialmente la europea, enmarcadas en un contexto de crecimiento débil, como consecuencia del menor impulso que comienza a mostrar la producción industrial, el efecto derivado de la apreciación del euro y la culminación de las negociaciones sobre los aranceles.
En el caso concreto de la Zona Euro, el Eurostat ya ha adelantado el dato de crecimiento del segundo trimestre, y muestra una ralentización que ha llevado al PIB del Área a crecer un 0,1%, tras haber saldado el primer periodo del año con un avance del 0,6 por ciento.
En un intento de aminorar parte de la incertidumbre, la Comisión Europea firmó un acuerdo comercial con EE. UU el pasado 27 de julio que vino a fijar un arancel del 15% a las exportaciones europeas, a excepción del acero y el aluminio, cuyo gravamen se mantiene en el 50 por ciento.
A pesar de ello, y lejos de reconducir la situación, este acuerdo no logra reforzar el multilateralismo ni aportar las condiciones propicias para garantizar un marco estable para las operaciones comerciales entre las dos regiones, habida cuenta de que no ha conseguido reducir las tensiones comerciales y, en cambio, parece hacer condicionado, además, decisiones de gasto e inversiones de los diferentes Estados miembro.
En el caso de España, todos los estudios indican que los aranceles tendrán un impacto negativo moderado, y, en cualquier caso, menor que en la Eurozona, debido a nuestra menor exposición directa a exportaciones con destino a Estados Unidos.
Según datos del Banco de España, el comercio de la Zona Euro con EE. UU. representa el 10,1% del PIB, más del doble que el de España, cuyas relaciones comerciales con el país norteamericano se limitan al 6% de nuestras exportaciones y al 7% de las importaciones, mostrando un mayor peso las exportaciones de servicios que las de bienes.
No obstante, y aunque esta menor exposición pudiera contener los efectos directos sobre nuestra economía, lo cierto es que el aumento generalizado de los aranceles que promueve EE. UU. tendrá un efecto negativo sobre el comercio mundial del que surgirán también efectos indirectos, cuyo impacto sobre nuestra economía aún resulta incierto, y requerirá de un seguimiento continuo para adelantar medidas de compensación.
En el corto y medio plazo, cabría esperar que el creciente proteccionismo a escala global, la apreciación adicional del euro y las tensiones geopolíticas que aún persisten en territorios próximos a Europa, continúen afectando negativamente a las perspectivas de crecimiento de la Zona del Euro, aunque estas amenazas coexisten con elementos positivos, como la mejora en el poder adquisitivo y la evolución del mercado de trabajo, que confieren fortalezas al consumo privado de los hogares europeos, además de los incrementos previstos en inversión pública relacionados con el gasto en defensa e infraestructuras, que deberían incidir al alza en el ritmo de crecimiento de la Eurozona en los próximos años.
El FMI apunta a que la Zona del euro acelere el crecimiento del PIB hasta el 1,0% en 2025 y el 1,2% en 2026. Estos datos mejoran las previsiones anteriores, pero obedecen al comportamiento positivo que ha mostrado principalmente Irlanda durante el primer trimestre del año, donde se observó un aumento histórico en las exportaciones farmacéuticas, a la espera de que los mayores compromisos de gasto en defensa repercutan en un aumento del PIB en años siguientes.
En EE. UU. se prevé que la actividad económica se recupere a corto plazo, pero comience a dar muestras de mayor debilidad a medida que transcurra el año, pudiendo cerrar el ejercicio 2025 con una tasa de crecimiento del 1,9%, según apunta el FMI, lo que implica casi un punto menos que el avance estimado para 2024, cuando la economía norteamericana creció a un ritmo del 2,8 por ciento.
En el caso de China, los cálculos del FMI prevén un crecimiento del PIB en 2025 del 4,8%, mejorando así las previsiones iniciales que había anunciado este mismo organismo en el mes de abril, debido a la actividad más intensa que ha mostrado esta economía asiática en el primer semestre de 2025, y a que las negociaciones con EE. UU. parece que, finalmente, cristalizarán en aranceles inferiores a los inicialmente anunciados.
En este contexto, la inflación general de la Zona del euro aumentó ligeramente en términos interanuales en el sexto mes del año, hasta el 2%, y se mantuvo en ese mismo nivel en julio, desde el 1,9% registrado en mayo, en respuesta a la subida que vienen experimentando los precios de la energía.
En este sentido, los precios energéticos continúan sometidos a una elevada volatilidad como consecuencia de las tensiones en Oriente Próximo, y en especial, tras los ataques de Israel y de Estados Unidos a Irán. Así, por ejemplo, los precios del petróleo tipo Brent se han mantenido en el entorno de los 70 dólares en las últimas semanas, aunque habían acusado repuntes al alza de hasta un 4 por ciento.
Las previsiones sobre la inflación que hacen los principales organismos internacionales la sitúan por encima del objetivo del 2% hasta 2026 en Estados Unidos, mientras que en el Área del euro se espera un comportamiento más moderado, debido, en parte, a la apreciación del euro.
Ante estas perspectivas, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo optó en el mes de julio por mantener sin variación los tipos de interés oficiales, quedando fijado el tipo de facilidad de depósito en el 2,00%; mientras que en EE. UU., la inflación ya ha empezado a mostrar algunas señales de los efectos de los aranceles, lo que ha llevado a la FED a seguir mostrando cautela en su política monetaria, y a mantener los tipos en el 4,50 por ciento.
En lo que atañe a nuestro país, los datos más recientes, referidos al mes de julio, indican que los precios se aminoraron un 0,1% con respecto al mes previo, a diferencia de lo sucedido en Canarias, donde el IPC se incrementó un 0,1%, debido al encarecimiento de los transportes (+1,6%) y los servicios ligados al turismo (Restaurantes y hoteles +0,9%).
Al contrario, el efecto de las rebajas sobre los precios en grupos como Vestido y Calzado (-10,7%) o Muebles y artículos del hogar (-0,6%), ha incidido en una caída de los precios en estos grupos más intensa que en el ámbito del Estado.
En términos interanuales, el IPC nacional se situó en el 2,7%, y la inflación subyacente en el 2,3%, y ello implica que la inflación general ha escalado cuatro décimas de punto tras haber registrado un avance del 2,3% en el mes anterior, como consecuencia del encarecimiento que ha experimentado, principalmente, la tarifa eléctrica en nuestro país durante este último año. No en vano, en comparación con el dato de julio de 2024, la electricidad en el ámbito estatal se ha encarecido un 12,3 por ciento.
En el caso de Canarias, los datos interanuales muestran en el séptimo mes del año un avance interanual de los precios de consumo del 2,2%, inferior a la media nacional.
En las Islas, el componente más inflacionista continúa siendo el grupo de bienes y servicios relacionados con la Vivienda, cuyos precios se han encarecido un 6,0%, frente al avance del 6,7% que acusó en el conjunto de España.
Dentro de este grupo destaca la evolución al alza de la componente energética, especialmente la electricidad, que en el Archipiélago anotó un avance interanual del 16,7%, superior a la media del Estado.
Además de en Vivienda, los precios en las Islas se han encarecido también en el grupo Restaurantes y Hoteles, que experimentó un crecimiento del 4,4%, dos décimas más que a escala nacional (+4,2%); y en los grupos Bebidas alcohólicas y tabaco y Enseñanza, con un alza de los precios del 2,2%, en ambos casos, en comparación con el mismo mes del año anterior.
En este escenario, la componente subyacente experimentó un crecimiento interanual del 1,9%, si bien es cierto que este repunte resultaba aún inferior al descrito por el conjunto nacional (+2,3%).
Con respecto al mercado laboral, los últimos datos de empleo a escala nacional indican que la afiliación, a último día del mes de julio, se mantuvo prácticamente sin variación en comparación con el dato del mes anterior (-0,03%; -6.302 efectivos).
Así, el número de trabajadores en alta al cierre del pasado mes de julio en nuestro país se mantuvo en el entorno de los 21,6 millones de trabajadores, lo que, en cambio, supuso un aumento del 2,3% (+481.333 personas) con respecto al dato que se registraba en julio de 2024.
En las Islas, por su parte, la afiliación se elevó un 0,5% mensual durante el pasado julio, sumando 4.249 nuevos trabajadores al conjunto del Sistema, hasta alcanzar un total de 929.549 afiliados a 31 de julio.
Este dato implica un crecimiento del empleo en comparación con el mismo mes del año anterior del 3,2%, que se traduce en 28.427 nuevos empleos, la mayoría de ellos en el sector servicios, donde se registraron 24.918 nuevas altas adscritos a ramas como la hostelería, el comercio y los transportes, que, en conjunto, apuntaron un alza de 10.920 trabajadores; además de la Sanidad, en la que el empleo se incrementó en el último año en 4.599 efectivos; o la construcción, donde se contabilizaron 2.332 afiliados más que en julio de 2024.
En el séptimo mes del ejercicio también se hicieron públicos los datos de la Encuesta de Población Activa, referidos al segundo trimestre de 2025, en los que se comienza a apreciar un relativo enfriamiento del mercado laboral.
Según los cálculos del INE, entre abril y junio de este año se habrían perdido 2.100 empleos en las Islas (-0,21%), y ello sucede en un contexto donde también se habría reducido la población activa en 5.200 efectivos (-0,44%).
La caída de los activos compensó el impacto de la pérdida de ocupados sobre los datos de desempleo, y ello explica que la población parada en las Islas incluso descendiera durante el segundo trimestre del año, hasta registrar 3.100 personas menos, propiciando, a su vez, una corrección a la baja en la tasa de paro, que se redujo hasta el 13,32 por ciento.
En cualquier caso, debemos poner el foco en la pérdida de empleo que ha experimentado Canarias, toda vez que, según los datos oficiales, la caída del número de ocupados en las Islas afectó, especialmente, a la Construcción (-9.100 empleos; -12,28%), y a las ramas más vinculadas con el turismo, como el “Comercio, transporte y hostelería” (-4.900 trabajadores; -1,10%); además, de la “Administración Pública, Educación y Sanidad” (-4.200 ocupados; -1,78%).
La caída de la ocupación se concentró entre el colectivo de autónomos, que descendió en las Islas en 4.100 efectivos (-2,77%), especialmente entre empresarios empleadores (-4.600 ocupados; -13,33%).
Pese a este escenario, y atendiendo a datos más recientes sobre la actividad turística en el Archipiélago, las estadísticas continúan arrojando cifras positivas, tal y como muestra la llegada de turistas extranjeros a Canarias durante el mes de julio.
Según los datos de AENA, en el pasado mes entraron por los aeropuertos internacionales de las Islas un total de 1.270.809 visitantes foráneos, lo que implica 159.553 viajeros foráneos más que en junio (+14,4%).
Esto supone un crecimiento interanual de la demanda turística extranjera del 6,3%, lo que equivale a 75.519 viajeros no residentes más, en comparación con el dato que se registraba en el mes de julio de 2024; y, a su vez, eleva el número total de visitantes extranjeros que ha recibido Canarias en lo que va de año hasta casi 9,3 millones de turistas, un 5,0% más que en el mismo periodo del año anterior (+438.165 personas).
A la vista de estos resultados, parece que la economía española y, especialmente, la economía de Canarias continúan mostrando una alta capacidad de resiliencia para sortear los riesgos que depara el contexto internacional, debido al buen comportamiento que sigue manifestando el turismo y al pulso de los servicios, y su efecto tractor sobre la actividad y el empleo.
Sin embargo, debemos permanecer atentos ante las señales que ya apuntan a una moderación, sobre todo en la capacidad de crear empleo, que deben llevarnos a poner en práctica políticas que confieran a nuestra economía una mayor productividad y que mejoren nuestra capacidad de competir en un entorno que resulta cada vez más convulso.
