Conclusiones del Informe de Coyuntura Socioeconómica, Febrero 2022
Puede acceder al informe completo a través del siguiente enlace: Febrero 2022
Si bien es cierto que a comienzos del pasado mes febrero comenzaban a vislumbrarse los primeros atisbos de un mayor dinamismo de la actividad económica internacional -gracias sobre todo a la mejora de los datos epidemiológicos y la consecuente relajación de las medidas frente al COVID-19 en buena parte del planeta-, el inicio del conflicto bélico entre Ucrania y Rusia ha vuelto a sumir en un elevado grado de incertidumbre al escenario económico global.
A la espera de conocer todavía la duración y el alcance que pueda tener este conflicto, junto con la previsible repercusión económica que generarán las sanciones impuestas a la Federación Rusa, en el corto y el medio plazo es de esperar un significativo aumento de la elevada volatilidad que ya había venido afectando durante los últimos meses al precio de las materias primas en los mercados internacionales.
El impacto de este fenómeno mostrará a buen seguro una mayor intensidad en los países de la Eurozona, afectando tanto a materias primas energéticas como el petróleo o el gas -según datos del BCE, aproximadamente el 46% del gas que se importa a Europa procede de Rusia-, como a otras de índole agroalimentaria como puede ser el trigo, el maíz o la cebada, y especialmente, sobre las economías más expuestas energéticamente al mercado ruso, como es el caso de Alemania, en donde cerca del 65,0% de sus importaciones de gas proceden del país soviético.
En el caso particular del petróleo, el precio del barril de Brent se situó, en los primeros días de marzo, en valores cercanos a los 127 dólares/barril, una cotización que si se mide en euros, alcanzaría los 140 euros/barril, lo que supone situar el precio del Brent en máximos históricos que no se registraban desde marzo de 2012 y que implicarían, de mantenerse, incrementos interanuales del 91,0% en dólares y del 107,0% en euros
Otro importante factor de riesgo que se suma a lo anterior es el mantenimiento de las tensiones y los cuellos de botella que se han generado a raíz de la pandemia en las cadenas de suministro global y que siguen dificultando el ejercicio de la actividad productiva, especialmente sobre aquella más vinculada a la actividad industrial.
En lo que atañe a Estados Unidos, si bien es cierto que los vínculos comerciales y financieros con Rusia y Ucrania son más bien limitados, el impacto del conflicto se apreciará a través del canal de los precios y de la desaceleración del crecimiento económico general.
Pese a ello, el mantenimiento de las presiones inflacionistas observadas desde la segunda mitad de 2021 en el país y la robustez de su mercado laboral, han llevado a la FED a subir los tipos de interés en su reunión de marzo, hasta situarlos en el intervalo del 0,25%-0,50%, la primera de las siete alzas que han anunciado para este año, hasta alcanzar una tasa en torno al 1,25%-1,50 por ciento.
En cuanto a China, los efectos económicos de la pandemia aún vigentes en el concierto global, a lo que se ha añadido más recientemente la repercusión que pueda alcanzar la guerra entre Ucrania y Rusia, han llevado al gobierno asiático a reducir su objetivo de crecimiento económico para 2022 en el entorno del 5,5%, 2,6 puntos inferior al dato de cierre de 2021 (+8,1%) y su nivel más bajo de crecimiento esperado de las últimas tres décadas.
Asimismo, la escalada de los precios de la materias primas, principalmente las vinculadas al sector energético, podrían condicionar altamente a la economía china, dada su condición de importador neto de energía, siendo Rusia uno de sus principales proveedores.
Con respecto a la Eurozona, tras cerrar el IPCA interanual del pasado mes de enero en el 5,1%, el BCE ha ratificado la reducción del programa de compras neta de activos en el segundo trimestre de 2022, aunque condicionada a la evolución que perfile la coyuntura económica. Mientras, en lo que atañe a los tipos de interés, ha asegurado que los mantendrá en su nivel actual como mínimo hasta que finalicen las compras de deuda, y que esta será, en todo caso, de forma gradual.
En lo concerniente a la economía española, pese a la mejora de la situación epidemiológica, el inicio del conflicto bélico, junto con la persistencia de los problemas de oferta en las cadenas de suministros, la escalada inflacionista, el retraso en la distribución y la gestión de los fondos europeos y el incremento de los costes laborales, han aumentado el grado de incertidumbre, especialmente, sobre aquellos sectores de actividad más intensivos en el uso de la energía.
Del mismo modo, la economía española también se pudiera ver afectada por un menor crecimiento del consumo privado por el aumento de la incertidumbre y el incremento de los costes que conllevará una mayor inflación, a lo que también se vendría a sumar un menor empuje de las exportaciones debido a la ralentización en el crecimiento de nuestros principales socios comerciales y un previsible mayor tensionamiento de las cadenas de suministros globales.
En materia de empleo, las cifras de afiliación a la Seguridad Social, a último día del mes de febrero, constatan un incremento del 0,6%, 126.690 trabajadores más que en enero. Asimismo, en términos interanuales, el empleo se elevó en nuestro país un 4,4%, 820.690 efectivos más con respecto a idéntico mes del ejercicio precedente.
En comparación con los datos previos a la pandemia, el empleo resultó en febrero un 2,0% superior al observado en el segundo mes de 2020, 382.196 trabajadores más.
En lo referente al paro registrado, este computó un retroceso mensual del 0,36% en febrero, 11.394 parados menos que en el mes inmediatamente anterior; al tiempo que, en relación con las cifras de doce meses antes, el desempleo contrajo sus registros en un 22,38%, esto es, 897.105 demandantes menos.
Trasladando el análisis a Canarias, los datos de empleo también se situaron al cierre de febrero en terreno positivo, con un avance en el número de afiliados de 9.063 personas, que, en términos relativos, supone un crecimiento con respecto al mes anterior del 1,1%, hasta alcanzar un total de 824.459 trabajadores afiliados a la Seguridad Social.
No obstante, es importante recordar que en Canarias aún se mantienen en ERTE un total de 11.983 trabajadores, lo que equivale a un 1,5% de la afiliación media total.
Diferenciando por sectores, todos registraron incrementos de la afiliación, con la excepción de la industria, que redujo su empleo en 11 efectivos menos en comparación con el mes anterior.
Así, el empleo en el conjunto de los servicios experimentó un incremento en el último mes de 7.835 trabajadores, destacando los incrementos mensuales en la “Hostelería”, con un repunte de 3.372 trabajadores, en la rama “Actividades administrativas y servicio auxiliar”, que elevó su afiliación en 1.307 efectivos y en la “Administración Pública”, cuyo avance se cifró en 668 personas más, en relación con el pasado mes de enero.
En cuanto al resto de sectores, la agricultura y la construcción computaron sendos crecimientos mensuales de 807 y 432 trabajadores, respectivamente.
Desde una perspectiva interanual, los datos de afiliación también mostraron una evolución positiva, en este caso, anotando un avance de 55.170 trabajadores en relación con febrero de 2021, un repunte relativo del 7,2 por ciento.
Atendiendo a las cifras prepandémicas, el empleo en las Islas anotó 5.243 trabajadores más, en comparación con febrero de 2020 (+0,6%), si bien es cierto que debemos tener presente que se trata de un crecimiento que se sustenta, mayoritariamente, en los avances que han mostrado las ramas vinculadas al sector público durante este periodo, como son la “Administración pública”, la “Educación” y la “Sanidad”, que conjuntamente computan un alza de 17.058 trabajadores.
En cambio, las ramas asociadas al sector privado, la “Hostelería”, el “Comercio” y los “Transportes”, todavía se sitúan muy por debajo a los niveles previos a la crisis sanitaria, constatando un retroceso conjunto de 17.524 efectivos.
Por lo que respecta a la cifra de paro registrado en el Archipiélago, se observa un descenso mensual del 0,98%, lo que supone, en términos absolutos, 2.022 parados menos que en el mes anterior, contabilizando un total de 205.134 desempleados al cierre del mes de febrero de 2022.
Mientras, desde un enfoque interanual, el paro en Canarias se redujo un 27,64%, una caída de 78.343 demandantes de empleo en relación con idéntico mes del ejercicio precedente.
Por lo que se refiere al turismo, la entrada de turistas extranjeros ha vuelto a retomar valores positivos, tras dos meses de caídas consecutivas. La mejora en las cifras de contagios y la relajación de las restricciones han permitido que al cierre del segundo mes de 2022, los viajeros foráneos hayan incrementado sus visitas un 28,9%, esto es, 221.308 visitantes más, hasta alcanzar un total de 987.089 turistas no residentes entrados en Canarias al término del pasado mes de febrero.
No obstante, con respecto a las estadísticas previas a la pandemia, los niveles de entrada de turistas extranjeros se encuentran todavía por debajo de los constatados en el mes de febrero de 2020, anotando un retroceso relativo del 15,5%, lo que supone 181.607 turistas menos.
En materia de precios, el IPC en Canarias registró en febrero un avance mensual del 0,7%, una décima menos que en el ámbito del Estado (+0,8%), en un escenario en el que el grupo “Transportes” se elevó un 1,7%, influenciado por el aumento del 2,9% observado por los carburantes. Asimismo, los precios de “Alimentos y bebidas no alcohólicas” y “Bebidas alcohólicas tabaco” evidenciaron repuntes respectivos del 1,3% y del 1,1%, en relación con el pasado mes de enero.
En términos interanuales, los precios volvieron a repuntar de manera significativa con un ascenso del 6,8% en las Islas y del 7,6% en el conjunto del país.
Continúan destacando por su fuerte avance interanual, el coste de la electricidad (+72,2%) y el aumento de los precios de los carburantes (+26,1%) que llevaron a los grupos “Vivienda” y “Transporte” a observar crecimientos respectivos del 22,3% y del 11,4 por ciento.
Pero la escalada inflacionista también está repercutiendo sobre el resto de los componentes del índice, especialmente en el grupo “Alimentos y bebidas no alcohólicas” que experimentó un encarecimiento del 6,1 por ciento.
En este contexto, la inflación subyacente en el Archipiélago ya comienza a resentirse por la presión al alza de los precios, y el último dato referido al mes de febrero cifró el avance de la inflación subyacente en las Islas en un 3,0% interanual.
Este avance impacta directamente sobre el IPC general y explica 2,5 puntos de la inflación de Canarias, y también evidencia la existencia de tensiones al alza que ya están afectando a la componente más estructural de los precios.
Estos efectos de segunda ronda implican una pérdida de competitividad de nuestras empresas y de poder adquisitivo de los hogares.
En el caso de Canarias es importante actuar sobre este componente de la inflación implantando medidas que sirvan de alivio en términos de fiscalidad sobre la cesta de consumo, en su conjunto, y sumado a otras actuaciones sectoriales que ayuden a compensar el incremento de costes que soportan actividades como la industria o la agricultura.
Se dibuja así un nuevo escenario nuevamente condicionado por la incertidumbre donde continúa siendo imperativo mantener medidas de apoyo que garanticen la supervivencia de las empresas y los autónomos del Archipiélago, evitando que obstáculos normativos y financieros limiten una recuperación económica no exenta aún de factores de riesgo.