Conclusiones del Informe de Coyuntura Socioeconómica, Diciembre 2024
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Puede acceder al informe completo a través del siguiente enlace: Diciembre 2024
Los primeros compases del año se están viendo marcados por la continuidad de las incertidumbres que caracterizaron la mayor parte de 2024, sin que se observen cambios significativos en el patrón de comportamiento de la actividad económica global.
La persistencia de las tensiones geopolíticas en Ucrania y en Oriente Medio, junto con las divergencias entre los principales bloques económicos, siguen perfilando un panorama incierto para el inicio de este ejercicio, y sin que se puedan descartar nuevos riesgos derivados de la cierta inestabilidad política y económica por la que transitan países como Francia o Alemania.
Además, pese a la relajación monetaria iniciada en el segundo semestre de 2024, los tipos de interés permanecen aún en niveles restrictivos, y, todo ello, a la espera de conocer el impacto que pueda ejercer sobre las cadenas de producción la imposición de un arancel universal a las importaciones anunciado por la nueva Administración en EEUU y, por extensión, sobre toda la economía en su conjunto.
Con todo, en cuanto a la inflación, los datos de cierre del año confirman la moderación perfilada por los precios en el transcurso de 2024 y su acercamiento progresivo, aunque todavía en niveles superiores, hacia los objetivos de estabilidad de los principales Bancos Centrales. Este es el caso de la Eurozona, cuyo IPCA interanual se situó en diciembre en el 2,4%, mientras que la inflación subyacente lo hizo en el 2,7 por ciento.
Por otro lado, resulta relevante mencionar las fluctuaciones y cierta inestabilidad que ha venido observando en los últimos meses la cotización internacional del gas y, en menor medida, el petróleo, dada la repercusión que, de mantenerse, pudiera generar sobre los precios energéticos y, en consecuencia, sobre el conjunto de la cesta de consumo, en un escenario donde las sanciones a Rusia y el desarrollo de los conflictos geopolíticos jugarán un papel fundamental.
En cualquier caso, y pese a los riesgos existentes, se prevé que tanto el BCE como la FED mantengan sus políticas de normalización monetaria en 2025, si bien con un carácter más intenso en la Eurozona, en donde se esperan nuevos recortes de los tipos de interés en los próximos meses, en comparación con EEUU, en donde una mayor expectativa de inflación ha llevado a la FED a anunciar una pausa en el ciclo de rebajas y dar prioridad a adecuar el equilibrio entre el crecimiento económico y la estabilidad de precios.
Atendiendo ahora a la evolución reciente de las principales economías, en EEUU se continuó evidenciando una posición sólida y un mayor grado de resiliencia, apoyada, fundamentalmente, en los buenos resultados de la demanda interna y los servicios. No obstante, el sector manufacturero sigue constatando señales de debilidad, toda vez que su PMI asociado se mantiene en la zona contractiva, a consecuencia de la ralentización de la demanda y el comercio internacional.
En cuanto a China, el mayor dinamismo de su actividad exterior, los estímulos fiscales y la ligera mejora en las perspectivas de su mercado inmobiliario están dando un mayor empuje a su economía y por encima de las expectativas.
El PIB del país asiático creció un 1,6% en el cuatro trimestre de 2024, tres décimas más que en el tercer trimestre (+1,3%) y un 5,4% en términos interanuales, también superior al aumento del periodo anterior (+4,6%) y su mayor tasa de crecimiento desde mediados de 2023. No obstante, pese al mejor desempeño de su economía en la segunda mitad de 2024, todavía permanecen los focos de debilidad, especialmente en el consumo interno y el sector inmobiliario, y en un entorno de elevada incertidumbre ante las nuevas restricciones comerciales que, a buen seguro, afectarán a sus flujos internacionales.
En lo que concierne a la Eurozona, la actividad económica de la zona continúa mostrando claros signos de debilidad y estancamiento, aún a pesar del buen comportamiento que siguen mostrando los servicios y la resiliencia del mercado laboral. En este sentido, indicadores como el PMI compuesto permanecen en zona contractiva, si bien es cierto que constatándose una ligera mejora en el último tramo de 2024, beneficiado, en gran parte, del empuje que supuso para el consumo la campaña navideña.
Mientras, el PMI del sector manufacturero se mantuvo en terreno negativo, en un contexto de deterioro de la confianza en la industria y la construcción, especialmente en Alemania. Todo ello, en un escenario al que se sumará este año el nuevo marco de gobernanza europeo y el ajuste que exige la recuperación de las reglas fiscales, sobre todo, en aquellos países con mayores niveles de gasto y de deuda pública, como España, Francia o Italia, y la especial exposición de la economía del conjunto del Eurogrupo al previsible endurecimiento del proteccionismo a escala global.
En lo que atañe a nuestro país, la economía española ha seguido mostrando un mejor rendimiento del esperado, sustentado, fundamentalmente, en el buen comportamiento del sector exterior y el elevado dinamismo del turismo, a lo que se debe sumar también un mayor pulso del consumo al que se preveía.
Con respecto al mercado laboral, los datos de diciembre mantuvieron una cierta robustez, si bien con un menor empuje que en meses anteriores. Los datos de afiliación a la Seguridad Social, a último día del mes, constatan un descenso mensual del 0,7%, 150.133 efectivos menos que en noviembre, si bien, en términos interanuales, se observó un crecimiento del 2,3%, lo que equivale a 468.084 trabajadores adicionales y que llevó a cerrar el año con un total de 21.201.126 trabajadores afiliados.
En Canarias también se finalizó el ejercicio con un descenso mensual de la afiliación, aunque de menor intensidad (-0,1%), esto es, 673 individuos menos que en el mes anterior. En cambio, con respecto a los datos de diciembre de 2023, Canarias incrementó sus cifras de afiliación en un 3,4%, superior al ascenso evidenciado a escala estatal, y que le llevó a sumar 30.761 trabajadores adicionales en el último año, hasta alcanzar un total de 939.470 afiliados al cierre del ejercicio.
Por sectores, se evidencia que el buen comportamiento del turismo ha impulsado el empleo en las Islas, y ramas como la Hostelería, el Transporte o el Comercio vieron crecer su afiliación durante 2024 un 4,2%, un 6,6% y un 2,2% en el último año, respectivamente, y sumaron, en conjunto, 13.837 nuevos trabajadores.
Precisamente, el aumento del empleo en estas ramas, junto a Sanidad o las actividades administrativas, donde se han creado 5.081 y 4.010 nuevos puestos de trabajo, en cada caso, explican el especial dinamismo que ha mostrado la creación de empleo en Canarias durante el pasado año.
En cuanto al paro registrado, tanto en el conjunto nacional como en el Archipiélago se describieron descensos en comparación con el mes de noviembre, del orden del 0,98% en el primer caso (-25.300 desempleados) y del 1,60% en el segundo (-2.541 parados).
Desde un enfoque interanual, también se constataron minoraciones y que en el caso de Canarias supuso una caída relativa del 6,85% (-11.501 parados), mientras que en el concierto nacional se apuntó un descenso del 5,42%, lo que equivale a 146.738 desempleados menos.
Estos resultados implican finalizar el pasado ejercicio con un total de 2.560.718 demandantes de empleo a escala estatal, y de 156.344 en el caso de las Islas.
En materia de precios, Canarias cerró el mes de diciembre con un aumento del 0,1%, cuatro décimas inferior al que se registró en el conjunto de España, que fue del 0,5 por ciento.
El menor crecimiento de los precios en las Islas fue consecuencia, de un lado, de que el grupo más inflacionista en diciembre, “Ocio y cultura”, anotó un menor avance en el Archipiélago (+3,0%) que en el concierto estatal (+3,5%), y, por otro, los precios de “Alimentos y bebidas alcohólicas” registraron un descenso en Canarias del 0,6%, al tiempo que a escala estatal se mantuvieron invariables en comparación con el mes anterior.
En lo que respecta al resto de grupos, cabe destacar el avance de “Vivienda”, cifrado en un 0,6% para ambos territorios, a pesar de que la factura eléctrica se encareciera en mayor medida en las Islas (+1,6%) que en el conjunto del Estado (+1,2%).
Desde un enfoque interanual, el IPC en el Archipiélago finalizó 2024 con un incremento del 2,2%, también por debajo del crecimiento de precios en la media estatal (+2,8%).
En este caso, fue el grupo “Vivienda” el que tuvo más impacto sobre el índice general en ambos territorios, con crecimientos del 6,3% en las Islas y del 7,4% en el conjunto nacional.
Ello en un escenario en donde los precios del subgrupo “Alquiler de vivienda” crecieron más a nivel estatal (+2,4%) que en Canarias (+2,2%), al igual que en “Suministro de agua y otros servicios relacionados con la vivienda” (+3,1% nacional, +0,8% Canarias), lo que vino a compensar el mayor crecimiento de la factura eléctrica en las Islas, del 17,6%, frente al 14,6% nacional.
A este grupo, le siguió “Restaurantes y hoteles” con un repunte del 4,1% tanto en el conjunto del Estado como en Canarias.
De manera similar, el impacto que continuó generando el grupo “Alimentos y bebidas no alcohólicas” siguió siendo reseñable, si bien constatándose una importante moderación de los precios en Canarias, donde crecieron un 1,2% con respecto a hace un año, inferior al aumento del 1,8% que registró en el contexto estatal.
También se debe destacar la caída interanual que observó el IPC de los Carburantes y que cobró una mayor intensidad en Canarias (-4,3%) frente al conjunto del Estado (-1,1%), lo que responde, en buena parte, al “efecto escalón” que subyace de que en diciembre de 2023 los precios de los carburantes se elevaron un 3,5% en las Islas, mientras que en el concierto estatal descendieron un 0,1 por ciento.
Finalmente, la inflación subyacente creció un 0,2% mensual en Canarias, dos décimas por debajo del avance nacional (+0,4%). Con respecto al año anterior, los componentes más estructurales de la inflación se moderaron hasta el 2,2% en las Islas y hasta el 2,6% en el conjunto del territorio estatal.
Trasladando el análisis a la actividad turística, las estadísticas de entrada de turistas extranjeros a Canarias, relativas a diciembre, indican un ascenso del 3,7% de los viajeros foráneos que entraron por nuestros aeropuertos internacionales en el último mes del año, esto es, 55.302 visitantes más que en noviembre, hasta contabilizar un total de 1.541.298 turistas.
Desde una perspectiva interanual, también se apreció un ascenso, en este caso del 5,7% y que se traduce en 82.811 turistas foráneos adicionales. De este modo, Canarias habría finalizado el ejercicio 2024 con un total de 15.532.757 viajeros no residentes, lo que implica superar en 1,4 millones de personas el total de turistas que entraron en Canarias en 2023 (+9,6%); y elevar en 2,3 millones de turistas (+17,1%) los que lo hicieron en el conjunto de 2019, antes de la pandemia.
En definitiva, el panorama económico continúa presentando un elevado grado de incertidumbre, condicionado por la persistencia de las tensiones que definieron el ejercicio anterior y a lo que se suman nuevos riesgos como el previsible incremento del proteccionismo a escala mundial.
En el caso de Canarias, pese al importante soporte y efecto tractor que está ejerciendo el turismo sobre la actividad productiva y el empleo, nuestra región no se encuentra exenta de este escenario, máxime en un contexto de enfriamiento de la economía europea, y particularmente en Alemania, uno de nuestros principales mercados emisores de turistas.
A lo anterior se suman también otros focos de riesgo que están afectando a nuestra competitividad e incrementan los costes de las empresas, como la baja productividad, las dificultades para cubrir las vacantes laborales, el aumento del absentismo, especialmente en Canarias, o el incremento de los costes laborales y fiscales, a lo que se añaden también medidas como la reducción de la jornada laboral que se pretende imponer al margen del diálogo social y la negociación colectiva, y sin que se tengan en cuenta las diferencias y necesidades existentes entre los distintos sectores y ámbitos regionales.
Por ello, se debe insistir en la necesidad de apostar por medidas que impulsen la competitividad, promuevan la seguridad y la estabilidad regulatoria e incentiven la inversión y la creación de empleo, evitando otras que vendrían a distorsionar y dificultar el desempeño de la actividad empresarial y elevar la inseguridad jurídica, con efecto directo en el empleo, y que solo agudizarían la inestabilidad en la que nos encontramos inmersos.
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