Conclusiones del Informe de Coyuntura Socioeconómica, Diciembre 2023
Puede acceder al informe completo a través del siguiente enlace: Diciembre 2023
Las perspectivas para el corto y el medio plazo en el ámbito económico internacional apuntan a que el debilitamiento económico que venía apreciándose en el tramo final de 2023 tendrá continuidad a lo largo del presente ejercicio y no puede descartarse un posible recrudecimiento, dada la coyuntura geopolítica más reciente.
A las tensiones ya existentes derivadas de la guerra entre Rusia y Ucrania, o el conflicto en Oriente Medio, se le suma la reciente intervención militar de EEUU y el Reino Unido en Yemen, que viene a generar nuevas dosis de incertidumbre en una región altamente estratégica para el comercio mundial como es el Mar Rojo.
Las primeras consecuencias sobre el tráfico comercial ya han comenzado a aflorar, y un creciente número de empresas navieras ha anunciado una reorganización de sus rutas que implicará alargar los plazos de entrega en las cadenas de suministro y pudiera inferir nuevas presiones al alza en los costes del transporte de las mercancías.
Todo ello, en un contexto en el que la inflación, aunque en niveles inferiores a los que se registraban en 2022, todavía se sitúa por encima de los valores de referencia, especialmente en las economías avanzadas.
Los precios en economías como la de EEUU o el conjunto de la Unión Europea cerraron el año con un avance del 3,4% y en el Área Euro, el IPC se situó en el 2,9 por ciento.
En este contexto, los precios de las materias primas mantienen una tendencia a la baja debido a la moderación que están mostrando principalmente las componentes energéticas, como es el caso del petróleo, que cerraba el año por debajo de los 77,5 dólares/barril, en términos promedio, alejándose así de los 90 dólares que había alcanzado en el mes de septiembre.
No obstante, la evolución del precio del crudo continúa sometida a una relativa inestabilidad, pues si bien la debilidad de la economía mundial y la oferta de producción en países ajenos a la OPEP podrían ayudar a contener los precios, la persistencia de los conflictos geopolíticos de Oriente Próximo y la estrategia de los principales países productores en los próximos meses pudieran generar nuevos focos de tensión en los mercados.
Por otro lado, el patrón que está describiendo la economía mundial, aún dibujando una tendencia a la desaceleración generalizada, presenta ciertas diferencias sectoriales y entre regiones económicas, y mientras países como EEUU o China parecen mostrar una mayor resistencia, en la Unión Europea la evolución es ciertamente más pesimista, particularmente, en potencias como Alemania.
Así lo sugieren indicadores como el Índice de Producción Industrial de la Eurozona, que volvió a reducirse en diciembre un 0,3%, o el estancamiento que presenta el PMI compuesto de bienes y servicios de la zona.
Estos resultados dan buena cuenta de la debilidad que viene acusando la industria europea y el cada vez menor empuje de los servicios, a lo que se añade, a su vez, la traslación de los efectos derivados del empeoramiento de las condiciones financieras sobre la economía, por su incidencia sobre el consumo y la demanda interna.
Dentro de la Eurozona, la desaceleración está resultando especialmente intensa en economías de referencia como Alemania, cuyo PIB se contrajo un 0,3% en 2023, en contraste con el aumento del 1,8% con que finalizó 2022, según la primera estimación publicada por la Oficina Federal de Estadística alemana.
Las previsiones para 2024 continúan revisándose a la baja, y la OCDE ha recortado el avance previsto para este año hasta el 0,9%, lo que se debe, en buena parte, al nuevo empeoramiento de las previsiones en Alemania para este ejercicio, que las han rebajado en tres décimas hasta situarla en el 0,6 por ciento.
En este marco, el margen de actuación de los diferentes gobiernos para impulsar la economía vendrá ahora condicionado por la reinstauración de las reglas fiscales acordadas por el Consejo Europeo a finales de 2023, tras haber estado suspendidas durante los últimos cuatro años. En el acuerdo se retoman los límites del 3,0% del déficit y del 60,0% de la deuda pública en que pueden incurrir los Estados miembros, aunque admite flexibilidad, al contemplarse sendas de ajuste adaptadas a la situación de cada país y por un periodo de cuatro años, prorrogables hasta un máximo de siete.
En cuanto a la evolución económica reciente en otras economías destacadas como Estados Unidos, los últimos indicadores dan muestras de mayor solidez que en el caso europeo, debido a la fortaleza que continúa mostrando el mercado laboral, donde se han registrado datos de creación de empleo en diciembre superiores al esperado (216.000 nuevos puestos de trabajo).
Las previsiones apuntan a que pueda cerrar el ejercicio 2023 con un avance del PIB en el entorno del 2,4%, aunque en 2024 su crecimiento se moderará hasta el 1,5 por ciento.
En el caso de China, el dato de crecimiento para 2023 se situó finalmente en el 5,2%, ligeramente por encima de lo previsto en consonancia con el avance que venían mostrando algunos indicadores en los últimos meses, como es el caso de las ventas minoristas y la producción industrial, que al cierre del año habían experimentado incrementos más intensos de los que venían mostrando a lo largo del pasado año, aunque la crisis del sector inmobiliario, la fragilidad del consumo interno y la caída de la demanda externa continúan condicionando el potencial de su crecimiento en el corto y medio plazo.
Trasladando el análisis a España, los indicadores más recientes continúan reflejando una relativa atonía en nuestra economía en línea con la desaceleración que ha venido mostrando tras el verano, condicionada por el impacto de los focos externos y de un menor pulso del mercado interno, especialmente en la inversión, y las previsiones apuntan a que el PIB haya cerrado el año 2023 con un avance que podría situarse en el entorno del 2,4%, y por debajo del 1,5% en 2024.
En este contexto de menor crecimiento, el mercado laboral continúa mostrando datos positivos, y las estadísticas de afiliación a último día de diciembre, indican que el empleo en nuestro país creció en 2023 un 2,8%, hasta cifrar el total de afiliados en 20.733.042 trabajadores.
En lo que atañe a Canarias, los últimos datos sugieren que el año pasado se cerró mejor de lo esperado, gracias, sobre todo, al efecto tractor que ha ejercido la recuperación del turismo y las actividades de servicios sobre el resto de los sectores productivos y el empleo.
No en vano, las últimas estadísticas publicadas por AENA confirman la fuerte recuperación que ha observado la actividad turística en Canarias durante 2023.
En el conjunto del año, las Islas han contabilizado un total de 14.170.762 visitantes extranjeros, lo que implica superar en 1.532.166 el número de turistas que recibió Canarias en 2022 (+12,1%).
En este escenario, y aunque a falta de confirmar los datos del conjunto del año, hasta el mes de noviembre, el conjunto del sector alojativo de las Islas ya mostraba un aumento de la demanda superior al 7,0% en el conjunto de hoteles y apartamentos, al tiempo que las cifras de empleo que arroja la Seguridad Social en ramas directamente relacionadas con la actividad turística también mostraban un crecimiento del empleo.
El buen comportamiento del turismo ha impulsado el empleo, y el número de afiliados en ramas como la Hostelería o el Comercio en las Islas durante 2023 se ha incrementado en un 6,3% y un 2,8% en el último año, respectivamente, y suman, en conjunto, 14.237 nuevos trabajadores.
Precisamente, el aumento del empleo en estas ramas, junto a Sanidad, donde se han creado 5.150 nuevos afiliados, explican el dinamismo que ha mostrado la creación de empleo en Canarias durante el pasado año.
El número de trabajadores afiliados al conjunto de la Seguridad Social en diciembre 2023 se elevó en el Archipiélago un 4,2%, lo que supone 36.351 efectivos adicionales en comparación con idéntico mes de 2022.
Por su parte, el paro registrado, tanto en Canarias como en el conjunto nacional, se redujo en el último año, apreciándose una minoración del 8,36% en el Archipiélago, 15.315 desempleados menos, y del 4,59% en el conjunto estatal, 130.197 parados menos.
Pese al avance del empleo, lo cierto es que la economía canaria mantiene un nivel de crecimiento muy débil.
Cabe recordar que los datos de crecimiento del PIB en las Islas del tercer trimestre de 2023 mostraron que nuestra economía registró un crecimiento nulo durante ese periodo, y las previsiones apuntan a que nuestra economía crecerá en 2024 a un ritmo muy moderado del entorno del 2,0%, casi la mitad del crecimiento con el que se estima finalizar 2023 (+3,9%).
En materia de precios, el último dato de IPC relativo al mes de diciembre experimentó un repunte de la inflación en las Islas del 0,1% mensual, por encima de la media nacional que saldaba el mes con una variación nula.
En Canarias, los bienes y servicios relacionados con la “Vivienda” (+0,9%) se encarecían cuatro décimas por encima de lo que lo hacían en conjunto del territorio nacional (+0,5%), en un escenario donde la factura eléctrica ascendió en diciembre un 2,5% en el Archipiélago y un 1,3% en el conjunto estatal.
De igual forma, los precios de grupos más correlacionados con las actividades de servicios se alzaron con mayor intensidad en las Islas, principalmente, en el grupo “Restaurantes y hoteles” (+0,5% Canarias; +0,2% Nacional).
En términos interanuales, el IPC cerró 2023 con un incremento en Canarias del 3,8%, siete décimas más que el avance cifrado en la media estatal, que fue del 3,1 por ciento.
En el conjunto del año, el mayor impacto de los precios de los alimentos y de los servicios en las Islas explican el mayor crecimiento interanual del IPC en el Archipiélago, toda vez que los grupos “Alimentos y bebidas no alcohólicas” (+9,8% Canarias; +7,3% Nacional) y “Restaurantes y hoteles” (+6,8% Canarias; +5,5% Nacional) mostraron un mayor encarecimiento en nuestro territorio que en el conjunto del Estado.
Por su parte, los precios de los bienes y servicios relacionados con la “Vivienda” volvieron a reducirse y registraron un descenso del 3,5%, aunque esta caída resultaba más moderada que la media nacional (-5,9%), fruto de una mayor contracción de la tarifa eléctrica a nivel estatal (-17,7% Nacional; -17,4% Canarias).
En este contexto, la inflación subyacente se mantuvo al alza, y creció con una mayor intensidad en Canarias, tanto en términos mensuales (Canarias +0,4%; Nacional +0,2%), como interanuales (Canarias +3,9%; Nacional +3,8%)
En definitiva, la actividad económica internacional continúa atravesando un pronunciado proceso de desaceleración. En el caso concreto de Canarias, pese al importante soporte que está ejerciendo el turismo sobre la actividad productiva y el empleo, difícilmente quedará exenta de este panorama de incertidumbre, máxime en un escenario de marcado enfriamiento de la economía europea, a lo que se viene a sumar también el clima de inestabilidad política presente en nuestro país tras el inicio de la nueva legislatura.
En este escenario, debemos implantar medidas que garanticen la competitividad de nuestro tejido productivo, y para ello es necesario reducir cargas impositivas, en un escenario, además, en el que la presión fiscal que soportan las familias y la empresas se sitúa en máximos, y adecuar los costes laborales a este marco incierto, evitando medidas como la subida del SMI pactada al margen del diálogo social, que puede hacer incurrir en pérdidas o incluso en la desaparición de muchas empresas de determinados sectores y territorios, con especial afectación a pymes y autónomos, y que viene a añadir un nuevo factor de riesgo e incertidumbre a la cada vez más evidente ralentización de la economía y el empleo.