Conclusiones del Informe de Coyuntura Socioeconómica, Agosto 2024
Puede acceder al informe completo a través del siguiente enlace: Agosto 2024
La economía internacional continúa transitando por un periodo de incertidumbre y elevada inestabilidad como consecuencia de los diferentes condicionantes que vienen ejerciendo presión sobre los agentes económicos en el último año.
De un lado, el mantenimiento de la inestabilidad en el contexto geopolítico mundial, marcado por las tensiones en Oriente Medio y la persistencia del conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, sigue impidiendo atisbar un horizonte de estabilidad económica en el corto y el medio plazo.
Por otro, aunque la información más reciente apunta al inicio de una cierta relajación de la política adoptada por los principales bancos centrales del planeta, las restricciones monetarias siguen siendo elevadas y ello en un escenario en el que los precios, pese a haberse moderado, continúan por encima de los niveles de referencia.
Pese a ello, la evolución de los diferentes bloques económicos sigue evidenciando un desempeño dispar, si bien es cierto que en un contexto de enfriamiento prácticamente generalizado.
Comenzando por la Eurozona, su actividad prosigue en la senda de la desaceleración que ha venido apuntando en el último año, como consecuencia, especialmente, de la evolución constatada por el PIB alemán y el rendimiento especialmente bajo de su industria.
En este contexto, las últimas previsiones del BCE han vuelto a revisar a la baja el crecimiento esperado para la economía de la Zona euro. En concreto, han reducido en una décima el crecimiento previsto para 2024, hasta situarlo en el 0,8%, en un escenario donde esperan que la industria y la construcción apunten resultados negativos y que la demanda interna permanezca débil. Para 2025 y 2026, la institución monetaria prevé que el PIB de la Zona crezca un 1,3% y un 1,5%, respectivamente, lo que resulta también una reducción de una décima en las perspectivas para ambos ejercicios.
En materia monetaria, el BCE ha aprobado una rebaja de 25 pb. en el tipo aplicable a la facilidad de depósito, situándolos en el 3,5 por ciento. Debido al peso que ha ido cobrando en los mercados, este tipo ha pasado a ser tomado de guía por el BCE para orientar sus decisiones. De este modo, tras los cambios en el marco operativo de su política monetaria, que entrarán en vigor a partir del 18 de septiembre, y que han estrechado el diferencial máximo entre el tipo de las operaciones principales de financiación (OPF) y el de facilidad de depósito a 15 pb (anteriormente era de 50 pb.), los tipos a las OPF se situarán en el 3,65 por ciento.
La rebaja de tipos del BCE se fundamenta en el enfriamiento antes comentado y en la moderación que ha venido mostrando la inflación en los últimos meses, y que consideran se aproxima en mayor medida a los niveles objetivo (el IPCA aumentó un 2,2% al cierre del mes de agosto). En todo caso, el BCE ha mantenido sin cambios las perspectivas en el crecimiento del IPC de la Eurozona, que esperan se sitúe en el 2,5% para 2024, en el 2,2% para 2025 y en el 1,9% para 2026.
Trasladando el análisis a Estados Unidos, su actividad reciente y a diferencia de la Eurozona, sigue mostrando un desempeño relativamente sólido en términos de PIB, si bien, no exento de incertidumbre, derivado, fundamentalmente, del cierto enfriamiento de su mercado laboral y el impacto que ha generado en los mercados financieros.
Además, cabe señalar que, atendiendo a un desglose sectorial, se observa un comportamiento diferenciando de la actividad, toda vez que su industria denota una desaceleración cada vez más pronunciada y que está siendo atemperada por el dinamismo de los servicios. Por otra parte, aunque el consumo de las familias sigue creciendo, la inversión y la producción industrial presentan signos de debilitamiento, como resultado del impacto que está empezando a reflejarse en mayor medida en la segunda mitad del año del endurecimiento de las condiciones financieras.
Mientras, en lo que atañe a la inflación estadounidense, ésta repuntó en agosto un 2,5%, desacelerando en cuatro décimas el ritmo de crecimiento de julio y resultando su menor aumento interanual desde febrero de 2021.
Ante estas menores perspectivas al alza de la inflación y de empeoramiento del mercado laboral, se espera que la Reserva Federal, a pesar de que en julio mantuviera los tipos en el entorno del 5,25%-5,50%, implemente nuevos recortes antes de finalizar el año.
En lo concerniente a China, el sector inmobiliario continúa lastrando el desempeño económico del país asiático, con caídas significativas en los precios de la vivienda e importantes retrasos en la construcción y la finalización de inmuebles. Asimismo, la inversión en activos fijos y el consumo tampoco muestran signos de recuperación, y la producción industrial se desacelera, especialmente en el sector automotriz.
Con todo, de cara a los próximos meses, se espera que el crecimiento económico de China recupere algo de impulso, beneficiado por la puesta en marcha de las medidas de estímulo fiscal anunciadas por su Gobierno y que se prevé ayudarán a mejorar la confianza de los consumidores e impulsar la recuperación de las ventas minoristas.
Por su parte, la economía española ha seguido mostrando un mejor rendimiento con respecto a la media del conjunto del Eurogrupo, impulsada, principalmente, por la demanda exterior, al abrigo del buen momento y el dinamismo que sigue constatando el turismo y un notable aumento en las exportaciones de bienes.
No obstante, se espera que este crecimiento se modere en los próximos meses, en un contexto en el que cabe esperar que los indicadores turísticos comiencen a normalizarse y algunos de nuestros principales socios comerciales europeos presenten mayores signos de debilidad. También debe tenerse en cuenta que la demanda interna de nuestro país continúa enfriándose como consecuencia del escaso dinamismo que viene mostrando el consumo privado, y que también se parece atisbar un avance cada vez más moderado del mercado laboral.
Precisamente, en lo que respecta a las estadísticas más recientes de afiliación a la Seguridad Social, nuestro país culminó, al cierre del pasado mes de agosto, con un total de 21.122.514 afiliados, lo que supone reducir en 45.794 efectivos menos los trabajadores inscritos el mes inmediatamente anterior (-0,2%).
En cambio, si atendemos a la comparativa interanual, se aprecia un crecimiento de 692.242 individuos, lo que equivale a un alza relativa del 3,4 por ciento.
Con respecto al mercado laboral de Canarias, se observa que el empleo apuntó un crecimiento mensual del 0,5%, al último día del mes de agosto, lo que implicó incorporar 4.249 trabajadores adicionales, hasta situar el total de afiliados a la Seguridad Social en 905.371 efectivos.
Los servicios fueron los que aglutinaron la práctica totalidad de este ascenso con 4.147 afiliados más en comparación con julio, siendo las ramas “Actividades administrativas y servicios auxiliares” y “Hostelería” las más destacadas con incrementos de 2.221 y de 1.723 trabajadores, en uno y otro caso, y que compensaron los retrocesos de educación (-489 efectivos), la construcción (-243 afiliados) y sanidad (-127 trabajadores).
En términos interanuales, la afiliación se elevó en el Archipiélago un 4,6%, 39.674 efectivos adicionales en comparación con idéntico mes del año previo. Por ramas, la “Hostelería”, “Educación” y la “Sanidad” experimentaron los crecimientos interanuales más notorios, con 9.430, 7.443 y 6.444 afiliados adicionales.
En lo concerniente al paro registrado, se observa una evolución dispar, toda vez que en el concierto nacional el desempleo se elevó en agosto en 21.884 parados (+0,86%), al contrario que en Canarias, donde el paro se redujo en 443 demandantes, una caída relativa del 0,27% mensual.
Con respecto a agosto de 2023, ambos territorios mostraron minoraciones, si bien, las Islas lo hicieron de forma más intensa, con un descenso del 5,72%, 9.884 desempleados menos. Por su parte, en el ámbito estatal se computó un retroceso del 4,83%, lo que equivale a 130.579 parados menos en relación con idéntico mes del año previo.
Entrando ahora a valorar la evolución más reciente del IPC, los precios en Canarias repuntaron un 0,2% al cierre del mes de agosto, mientras que en el conjunto del Estado se mantuvieron invariables.
El mayor incremento de los precios en las Islas de actividades de servicios como en el grupo Restaurantes y Hoteles (+0,5% Canarias, +0,2% Nacional), y el menor impacto a la baja mostrado por “Alimentos y bebidas no alcohólicas” (-0,1% Canarias; -0,4% Nacional) y los “Transportes” (-0,1% Canarias, -0,8% Nacional) supuso que los precios crecieran en las Islas por encima de la media nacional.
En términos interanuales, el IPC en las Islas se situó en el 2,5%, dos décimas más que en el ámbito nacional, donde la inflación alcanzó el 2,3%, moderando, en ambos casos, su avance si se compara con el mes anterior, tras haber registrado en julio repuntes que alcanzaron el 2,9% en Canarias y el 2,8% en el conjunto del Estado.
Por grupos, “Restaurantes y hoteles” volvió a ser el conjunto de bienes y servicios que más impactó al alza sobre los precios de ambos territorios, aunque con una mayor incidencia en las Islas (+4,8%) que en el conjunto nacional (+4,6%); al igual que “Alimentos y bebidas no alcohólicas”, que creció un 3,2% en el Archipiélago y un 2,5% en el contexto estatal.
Mientras, el grupo “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” repuntó un 3,9% en Canarias y un 4,0% en el conjunto del Estado, aún a pesar de que la factura eléctrica se encareció un 8,3% en Canarias, casi tres puntos por encima del avance constatado en el ámbito nacional (+5,5%).
Finalmente, la inflación subyacente en Canarias volvió a crecer un 2,6% en términos interanuales, el mismo crecimiento que registró en el mes de julio y que la situó por encima del Índice General de Precios, si bien, una décima por debajo del repunte apreciado a escala estatal (+2,7%).
Atendiendo ahora a la evolución en la entrada de turistas extranjeros a Canarias a través de los aeropuertos internacionales, se observa que, según los datos que publica AENA, las Islas recibieron a un total de 1.185.297 viajeros foráneos a lo largo del mes de agosto, lo que implica una minoración del 0,8% con respecto al pasado mes de julio, esto es, 9.993 viajeros extranjeros menos.
En cambio, desde un enfoque interanual, la demanda turística extranjera siguió creciendo, en un 10,0% y 108.201 turistas extranjeros más con respecto al dato de hace un año. En términos acumulados, también se constata un crecimiento, cifrado en este caso en un 10,5%, lo que se traduce en 955.340 turistas extranjeros más que en el periodo comprendido entre enero y agosto de 2023.
Si ampliamos la comparativa con respecto a las entradas que se contabilizaban antes de la pandemia, también se evidencia un incremento, en este caso, del 15,1% con respecto a agosto de 2019, 155.179 visitantes foráneos más.
A tenor de todos estos resultados, la economía canaria continúa apuntando valores positivos, gracias, en gran parte, al dinamismo y el importante efecto tractor que sigue generando el turismo. No obstante, y aún a pesar de que las perspectivas del sector turístico siguen siendo optimistas, no debemos olvidar que las Islas no quedan exentas de las incertidumbres que permanecen en el panorama internacional, especialmente intensas en algunos de nuestros principales países emisores de turistas, como es el caso de Alemania.
Por estos motivos, resulta vital apostar por medidas que fomenten la inversión, la creación de empleo y el crecimiento económico y también recuperar el clima de confianza, evitando otras que elevan la inseguridad jurídica, debido al excesivo intervencionismo y los continuos anuncios de cambios regulatorios.