Cae el empleo en Canarias durante el segundo trimestre de 2012, en 12.400 personas

-          El paro se incrementa en 8.400 personas respecto al trimestre anterior, y la tasa de paro en Canarias se eleva hasta el 33,1 por ciento.

-          En términos interanuales, cae el empleo un 4,5% en Canarias, frente a la reducción del 4,8%, experimentada en el conjunto nacional.

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Durante el segundo trimestre de 2012, según los últimos datos de la EPA publicados por el Instituto Nacional de Estadística, la ocupación en Canarias cayó en 12.400 empleados, lo que significa un descenso relativo del 1,6% trimestral, que reduce el número de ocupados hasta las 747.900 personas. Se acumula así un retroceso de la ocupación durante el último año de 35.000 personas, equivalente a un descenso del 4,5%, respecto al segundo trimestre de 2011.

Resulta destacable la evolución trimestral de la ocupación en el conjunto nacional, pues a diferencia de Canarias, se observa una ligera caída del 0,1% respecto al primer trimestre del año, lo que supone la pérdida de 15.900 empleos netos.

Por su parte, en cuanto al comportamiento del desempleo durante el segundo trimestre de 2012, el número de parados en Canarias se ha incrementado en 8.400 personas (2,3%), por un aumento de 53.600 efectivos (1,0%) en el ámbito nacional, de manera que se sitúa en los 370.700 desempleados en el Archipiélago y en los 5.693.100 desempleados en el conjunto del Estado.

En términos interanuales, el paro en Canarias se incrementa de manera acusada en un 11,7% respecto al segundo trimestre del ejercicio precedente, lo que se traduce en un aumento absoluto de 38.900 personas más en situación de desempleo.

Estos resultados coinciden con una caída de los activos en Canarias durante el segundo trimestre, de 4.000 personas (-0,4% intertrimestral), mientras que, en sentido opuesto, la población activa en el conjunto nacional, se eleva ligeramente en un 0,2 por ciento.

A pesar del descenso de los activos en Canarias, el fuerte crecimiento del desempleo durante el pasado trimestre se ha traducido en un aumento de la tasa de paro en las Islas, que se sitúa en el 33,1%, 0,8 puntos porcentuales por encima de la registrada en el trimestre anterior (32,3%), de manera más acusada que en el conjunto del territorio nacional, donde la tasa de paro se eleva en 0,2 p.p., lo que significa que el  24,6% de la población activa española se encuentra desempleada.

Descendiendo hasta el análisis provincial, se observa un comportamiento contrapuesto en términos de ocupación entre ambos territorios, toda vez que se destruye empleo en la provincia de Las Palmas, donde el número de ocupados se minoró en 13.400 efectivos respecto al trimestre anterior (variación relativa del 3,5%); mientras que en Santa Cruz de Tenerife, se contabilizó un avance de 1.000 individuos, para un incremento relativo del 0,3 por ciento.

Del mismo modo, en relación con la evolución de la población parada, la provincia de Las Palmas registra un comportamiento más desfavorable respecto al trimestre anterior, con una subida de 15.500 parados, frente a la reducción de 7.100 desempleados contabilizada en Santa Cruz de Tenerife. Con estos resultados, el número de parados se eleva hasta las 208.300 personas en la provincia de Las Palmas y hasta los 162.400 desempleados en Santa Cruz de Tenerife, de manera que sus respectivas tasas de paro se sitúan en el 36,3% en Las Palmas, y en el 29,8% en la provincia occidental.

Atendiendo nuevamente al ámbito regional, y según el área de actividad económica, se constata que la caída trimestral de la ocupación en Canarias obedece a la tendencia decreciente experimentada en todos los sectores, a excepción del industrial, que anota un aumento de 2.300 empleos (6,3%). Mientras, en un contexto de finalización de la zafra y de menor actividad, en términos generales, en nuestros principales cultivos de exportación por la mayor competencia exterior, la agricultura reduce su número de trabajadores en un 28,1% (6.600 empleos menos); mientras que los servicios evidencian una caída del 0,7%, equivalente a un recorte de 4.800 personas, tras la finalización de la temporada alta. Por su parte, el sector de la construcción vuelve a cuantificar una minoración del empleo, cifrada en 3.300 puestos (-7,1%).

width=600Por otro lado, en lo que se refiere a las cifras de desempleo, nuevamente destaca el avance registrado en el colectivo que busca su primer empleo, que se incrementa en 7.000 desempleados respecto al trimestre anterior (3,6%), así como también aumenta el paro en los servicios, con un ascenso de 3.500 individuos (2,7%). Del mismo modo, en la agricultura se contabiliza un aumento de 2.400 parados (75,0%), y, en menor medida, en la construcción, se registran 100 desempleados nuevos (0,4%). Por el contrario, únicamente la industria registró un descenso de su total de parados, contabilizado en 4.700 personas, que equivale a una caída relativa del 46,5%, en comparación con el trimestre anterior.

Los resultados de la EPA para el segundo trimestre del año, vuelven a poner de relieve la grave situación de degradación en la que se encuentra el mercado laboral de nuestro país, y de manera singular el canario. El necesario proceso de consolidación fiscal en curso no ha hecho más que agravar la situación del empleo en el Archipiélago.

De cara a los próximos meses, las perspectivas para el empleo en Canarias no resultan favorables. Además del ajuste fiscal, las expectativas para el sector turístico no invitan al optimismo tras la remisión de las bonificaciones a las tasas aeroportuarias que propiciaron su estímulo durante buena parte de 2010 y 2011, y que, en sentido contrario, han comenzado a desincentivar el volumen de operaciones de determinadas compañías en Las Islas, un factor que penalizará a la evolución del sector.

 

CONFEDERACIÓN CANARIA DE EMPRESARIOS

27 DE JULIO DE 2012


Formación y búsqueda de empleo I. Introducción.

En artículos anteriores de nuestra serie monográfica dedicada a la búsqueda de empleo explicamos cómo debemos usar las herramientas para la búsqueda de empleo (curriculum vitae, carta de presentación y agenda de búsqueda), además de abordar la entrevista de trabajo, dónde y cómo buscar empleo. En varios de ellos se puso de manifiesto la importancia que tiene la formación para mejorar nuestra empleabilidad y aproximarnos a nuestro objetivo profesional.

 

Formación y búsqueda de empleo.

Actualmente nos encontramos con un mercado laboral cambiante, marcado por una profunda crisis económica, en el que existe más demanda de empleo que oferta, y en el que aparecen nuevas ocupaciones y se exige más especialización en los puestos de trabajo.

Por eso, es necesario conocer el mercado de trabajo, poseer la formación adecuada a las necesidades del entorno laboral y tener motivación e iniciativa para continuar mejorando nuestra cualificación.

A través de la formación, podremos adaptarnos  a los cambios del mercado laboral y descubrir nuevos conocimientos e intereses profesionales que desconocíamos y que nos pueden facilitar la búsqueda de empleo. Nos puede permitir mejorar nuestros conocimientos en idiomas o dominio de la informática, adquirir y desarrollar habilidades para mejorar en nuestro puesto de trabajo, o reciclar determinadas capacidades para desempeñar nuevas ocupaciones.

 La formación nos permitirá tener un perfil profesional actualizado.

Si tenemos un buen nivel de formación y cualificación podremos ser más competitivos, permitiéndonos adquirir conocimientos técnicos y  desarrollar competencias laborales como: la capacidad de aprendizaje, el trabajo en equipo, la toma de decisiones, las habilidades comunicativas, la gestión del tiempo, etc... que facilitarán nuestra adaptación al mercado laboral y nos ayudarán a crecer en el ámbito personal y profesional.

Por otro lado, nos ayudará a mantenernos activos, a establecer relaciones sociales con  el resto de participantes de la acción formativa que estemos realizando. Así aumentaremos las posibilidades de intercambiar conocimientos y experiencias con todos ellos, información sobre ofertas y recursos de empleo. En resumen, ampliaremos nuestra red de contactos.

 Elaboración de nuestro propio itinerario formativo

A la hora de seleccionar la formación que más se adecue a nuestras necesidades e intereses profesionales es conveniente diseñar nuestro propio itinerario formativo reflexionando previamente sobre los pasos que vamos a dar:

  • Hemos de analizar nuestra formación, nuestra experiencia laboral  y las competencias que poseemos en función del objetivo profesional que nos hemos planteado.
  • Debemos estudiar detenidamente cuáles son los conocimientos, habilidades y actitudes que requiere el mercado laboral para desempeñar la ocupación que nos interesa y compararlos con nuestro perfil profesional de forma realista y constructiva.

De esta forma, conoceremos nuestro potencial a nivel profesional, sabremos qué tipo de carencias presentamos a nivel formativo y si podemos cubrirlas con alguna determinada acción formativa que nos aproxime a nuestro proyecto profesional.

Eso sí, será importante elegir aquella formación que nos motive e interese, que tenga buenas perspectivas profesionales y completar como mínimo la formación básica que luego nos facilite la realización de otros estudios que nos puedan interesar más adelante.

También debemos tener en cuenta a la hora de elegir un curso los criterios siguientes: los contenidos que se van a impartir, la duración del curso de formación, que tipo de reconocimiento se va a recibir, el presupuesto que podemos destinar a esa formación, si es un curso gratuito o no, si el curso es presencial o formación online, etc.

 Si es necesario, solicita ayuda

Si necesitas asesoramiento al elaborar tu itinerario formativo puedes contar con la ayuda de orientadores laborales que pueden asesorarte en la toma de decisiones para cumplir con tus objetivos profesionales y seleccionar la formación que más se ajuste a tus necesidades.

 

Podemos utilizar diferentes recursos formativos, complementarios entre sí, según las vías de formación que elijamos. Así tenemos la formación reglada y la formación no reglada, las cuales desarrollaremos en siguiente artículo de esta serie.


La importancia de hacer un plan de empresa

La mayor parte de los emprendedores, en el momento de constituir su empresa, no son conscientes de la vital importancia que puede llegar a tener el realizar o no un plan de negocio. La falta de tiempo o el desconocimiento, pueden llevar al promotor de una actividad empresarial a dar algún paso sin haberse tomado con la necesaria importancia la planificación de su actividad.

Un plan de empresa es mucho más que un documento en donde se indica que clase de actividad económica se desea acometer. Se trata de plasmar una previsión, lo más fidedigna posible, que nos ayude a saber qué pautas debe seguir nuestra empresa si queremos que sea viable y duradera en el tiempo. Elaborar un plan te ayudará a poner en orden tus ideas. También permitirá descubrir posibles debilidades y proponer las alternativas más adecuadas para solucionarlas.

Además, se trata de una herramienta que puede resultarnos muy beneficiosa por diferentes motivos:

En el momento de buscar financiación podremos utilizarlo como tarjeta de presentación. Le podemos sacar partido presentándolo en las diferentes entidades bancarias o en sociedades inversoras privadas. Estas instituciones toman muy en cuenta el plan de empresa, utilizándolo para estudiar la posible solvencia que puede llegar a tener una empresa o el margen de riesgo con el que cuentan en el momento de realizar el préstamo.

  • Cuando nos sentemos a negociar con diferentes proveedores conviene tener presente una previsión del nivel de gastos e ingresos de nuestro proyecto. Con lo que podemos conocer las necesidades de aprovisionamiento que tendremos.

Este tipo de informes pueden ser redactados y orientados de diferente forma dependiendo del tipo de actividad en la que nos vamos a adentrar o a quién queremos presentárselo. Pero antes, debemos presentar unos aspectos mínimos que serán las bases en las que se asiente la exposición de nuestra idea.

Entre estos puntos esenciales, se podría hacer una pequeña clasificación de lo que es necesario tener en cuenta en el momento de plasmar un correcto plan de empresa:

  1. Objetivos. Definir con claridad los objetivos y metas que nos marquemos. Ya sean a corto, medio o largo plazo.
  2.  Análisis del Mercado. Consideraciones en el entorno del negocio, demanda potencial, análisis de la competencia, políticas de precios, mercado objetivo para los productos y servicios del negocio.
  3. Estrategia de Negocios. Realizar un estudio de hacia dónde queremos dirigir nuestro negocio. A quién le ofreceremos el producto/servicio. Qué y cómo nos ofertaremos. El método FODA  es una herramienta ideal para este punto.
  4. Estructura de la Empresa. Describir con nitidez como se dirigirá la empresa. Se deben asignar las funciones de cada trabajador, definiendo claramente las políticas de recursos humanos que se llevaran a cabo, teniendo en cuenta el nivel de autoridad y responsabilidad.
  5. Análisis Financiero. Debemos plasmar con claridad el presupuesto necesario para arrancar, el balance financiero, proyecciones de ventas y de gastos, y otros.
  6. Resumen Ejecutivo. Éste parte del informe que debe contener todos los puntos anteriores, descritos de tal manera que pueda ser utilizado para mostrar el proyecto y tramitar solicitudes de financiamiento. Este resumen no debería ser mayor a una página.

En el momento de estudiar la viabilidad de un proyecto, debemos de tener presente el riesgo que pueda conllevar, realizando una correcta evaluación, previniendo así los posibles conflictos que puedan surgir. Para ello existe la clasificación de riesgos, en la que destacamos:

R. por sector: que factores externos e independientes de la gestión del emprendedor pueden influir directa o indirectamente en el logro de los objetivos y estrategias. Ejemplo: aparición de nuevos mercados.

R. operativos: están relacionados con la habilidad del emprendedor para convertir las actuaciones elegidas en planes concretos, ajustando los recursos disponibles. Ejemplo: elevado coste de las acciones.

R. tecnológico: las inversiones necesarias para el desarrollo tecnológico especializado en cada caso, o bien la compra de estos activos. Ejemplo: baja presencia tecnológica en la empresa.

R. por los competidores: el tamaño, la capacidad financiera y operativa de los agentes de un sector determinan el grado de rivalidad existente y establece las reglas de juego. Ejemplo: competencia especializada.

R. derivados de proveedores: las variaciones en el precio y condiciones de compra y aprovisionamientos de las materias primas y productos semielaborados. Ejemplo: incremento en el poder de negociación de los proveedores.

R. por clientes: el riesgo puede proceder de cambios en sus gustos y necesidades, de generar presiones a la baja en los precios o de dilatar el periodo de pago entre otros. Ejemplo: cambios sociales y demográficos, estacionalidad o disminución de la demanda.

R. financiero: hace referencia a la incertidumbre asociada a la gestión efectiva y al control de las finanzas que lleve a cabo el emprendedor, así como a los efectos de factores externos como la disponibilidad de crédito, tipos de cambio, movimientos de los tipos de interés, etc. Ejemplo: incapacidad financiera a largo plazo, exposición a cambios en el tipo de interés, entre otros.

El análisis de los riesgos determinará cuáles son los factores de riesgo que potencialmente tendrían un mayor efecto sobre nuestro proyecto y, por lo tanto, deben ser gestionados por el emprendedor con especial atención.

En definitiva, el plan de negocios es una herramienta indispensable, que nos ayuda, a nosotros mismos y a nuestros socios, a definir mejor nuestra idea de negocio, marcar nuestros objetivos de forma clara, y obtener a una visión real de cómo debe ser nuestra actividad para conseguir beneficios.

Desde el Servicio Integral de Empleo (SIE) de la Confederación Canaria de Empresarios ofrecemos, de manera gratuita, asesoramiento para la elaboración de planes de empresa, planes de viabilidad u otras cuestiones relacionadas con la viabilidad de su proyecto.

Recuerda, debes elaborar tu plan de la forma más realista posible, teniendo los pies en el suelo. Y no olvides comenzar con tus proyectos lleno de entusiasmo, optimismo y visualizando un futuro negocio como una opción de éxito.


La información y la formación en prevención de riesgos laborales

La Ley 31/1995, de 8 noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, tiene como uno de sus objetivos básicos y de mayor trascendencia para el futuro de esta ley, el fomentar una auténtica cultura preventiva.

Para conseguir este objetivo es fundamental promover la mejora de la educación en dicha materia en todos los niveles educativos, involucrando a la sociedad en su conjunto. Si la formación se empezara a impartir a edades tempranas en los colegios, los resultados serian mayores y mejores, y el adolescente cuando terminara su enseñanza obligatoria tendría una visión y una filosofía en esta materia totalmente diferente a la que pudieran tener sus padres.

La información y la formación en prevención de riesgos laborales, son elementos esenciales de la actividad preventiva, con objetivos marcados tanto a corto como a largo plazo. Los objetivos inmediatos, son los de aportar al trabajador los datos, conocimientos y habilidades para que sea capaz de desarrollar sus funciones con las mayores garantías de seguridad y salud. A largo plazo, la meta de la información y la formación es la de lograr una cultura preventiva que facilite la integración de la prevención en todas las actividades y decisiones de la organización.

Podemos definir la “información” como el conjunto de datos que permiten aumentar los conocimientos o el proceso de transmisión de datos de una persona a otra. En Prevención de Riesgos Laborales, podemos definirla como el conjunto de “instrucciones” que necesita el trabajador para realizar el trabajo de forma segura.

Y la “formación”, la podemos definir como las comunicaciones orales o escritas que se imparten al trabajador con el objeto de que se incremente su habilidad y competencia para el desempeño de la actividad laboral asignada en condiciones de seguridad y salud adecuadas.

La diferencia esencial entre la información y la formación, es que con la información, se transmiten datos sin esperar una respuesta o cambio de actitud por parte del receptor.

La Ley de PRL, recoge en sus artículos 18 y 19, las obligaciones en materia formativa a llevar a cabo por el empresario, entre las que identificamos, que la “información y la formación”, debe ser suministrada a todos los trabajadores de la empresa, independiente de su relación laboral, ya sean indefinidos o de duración determinada, y a los trabajadores autónomos que prestan servicios en la empresa.

Debe ser impartida en el momento de la contratación, y periódicamente, cuando cambien las condiciones de trabajo tanto por las funciones desempeñadas por el trabajador, como por la introducción de nuevos equipos de trabajo y tecnologías.

Debe contener los riesgos generales y específicos del puesto de trabajo, las medidas preventivas a adoptar y las medidas de emergencia.

La formación debe ser teórica y práctica, el trabajador dispondrá de conocimientos para utilizar correctamente un extintor, para la elección y utilización adecuada de los equipos de protección individual (EPI,s), para el manejo de equipos de trabajo, para la manipulación de sustancias químicas,…, en resumen, cualquier instalación, equipo, producto o sustancia utilizada durante el trabajo.

La formación deberá impartirse dentro de la jornada de trabajo o fuera de ella, previa negociación con los trabajadores o sus representantes, ya que el tiempo dedicado a la formación se considera como tiempo de trabajo y su coste nunca deberá recaer en ningún caso sobre el trabajador. Deberá existir registro por escrito de la información y formación impartida.

Además, de todo lo expuesto anteriormente, debemos resaltar la importancia de la eficacia de la formación, que está directamente relacionada con la planificación de la misma. Por ello, debe estar enfocada a resolver problemas reales y orientada a obtener resultados. Los pasos a seguir para que una formación sea eficaz son:

  • Identificar que formación necesita la empresa.
  • Decidir las prioridades formativas.
  • Elegir los métodos y recursos para la formación.
  • Comprobar su eficacia: evaluación de la formación.

El proceso de evaluación de la eficacia de la acción formativa incluye los siguientes aspectos: medir, valorar y controlar. Se puede hablar de una doble evaluación:

  • Evaluación puntual al finalizar la acción formativa.
  • Evaluación después de haber transcurrido un tiempo.

La evaluación puntual es la más utilizada, pero también la menos útil, ya que su objetivo es comprobar si el alumno recuerda una serie de datos, lo que no implica que esta información haya sido integrada eficazmente en la conducta del alumno. Por este motivo, la evaluación debe ser continua a lo largo del tiempo.

Los instrumentos de evaluación son múltiples y de muy diversa índole, vamos a destacar los utilizados en a evaluación de la modificación de actitudes y conductas, que es lo más nos interesa en prevención de riesgos laborales, que se lleva a cabo mediante:

  • Cuestionarios de escalas actitudinales.
  • Entrevistas personales a los trabajadores y jefes jerárquicos.
  • La observación del trabajo cotidiano, al objeto de comprobar si se aplican los conocimientos adquiridos.
  • El análisis de los controles activos y reactivos (investigación de los daños a la salud, inspecciones de seguridad, auditorias de prevención, etc.).

Por tanto, como conclusión, queda patente la importancia de la información y la formación en prevención de riesgos laborales, herramientas fundamentales que nos ataña a todos, Administración Pública, Empresa, y Trabajadores, y todos debemos poner nuestro granito de arena para fomentar una auténtica cultura preventiva y facilitar la integración de la Prevención en la empresa en todos los niveles, con un fin común, conseguir una mejor calidad de vida.

 


App economy, un nuevo fenómeno económico

Los dispositivos móviles como los 'smartphones' o los 'tablets' se encuentran en plena expansión, hasta conseguir mantenerse al margen de la crisis económica que atraviesa España.

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 Según el estudio realizado por The App Date, la mayoría de las compañías españolas de desarrollo de aplicaciones ha crecido en número de trabajadores y tiene planes de seguir haciéndolo. En ese sentido, solo un 16 por ciento de estas empresas no ha contratado a nuevos empleados este año y únicamente el 14 por ciento cree que no contratará a nadie en 2013. Por el contrario, la mayoría de las compañías, el 88 por ciento, reconoce haber crecido en negocio y trabajadores en los últimos siete meses.

En los datos recogidos por dicho estudio demuestran cómo en España, y a pesar de las crisis económica, comienza a afianzarse lo que en Estados Unidos se ha llamado 'app economy', un nuevo fenómeno económico que en Norteamérica ha generado medio millón de empleos. Aún en fase de despegue, en España existen 15 millones de dispositivos en los que se descargan al día más de 1.400.000 aplicaciones.

Necesidades de formación

Sin embargo, a la hora de encontrar profesionales formados en el mundo de las aplicaciones, las empresas señalan las dificultades a las que se enfrentan a pesar de ser un sector en crecimiento y capaz de generar nuevos puestos de trabajo.

Los datos de los que se disponen señalan que, de media, la mayor parte de las empresas ha tardado menos de un mes en cubrir los puestos (42 por ciento), le siguen las empresas que han tardado entre un mes y dos (34 por ciento), mientras que un 23,2 por ciento no ha conseguido cubrir los puestos o ha tardado más de tres meses en hacerlo.

En lo que todas las compañías españolas de desarrollo coinciden (el 98 por ciento) es en la necesidad de estudios especializados o formaciones específicas sobre aplicaciones en las ramas profesionales vinculadas de forma amplia a este sector tecnológico, como hace unos años ya ocurrió con la expansión de la Web (www).